En la séptima jornada del Festival de Sitges hemos visionado Dark Touch, solido film de horror, y The Battery una apocaliptica road movie en tiempos de zombis.
Dark Touch: el rastro violento
Marina de Van, directora francesa de la física In my skin y de la fallida Don’t look back, así como responsable del guión de la maravillosa adaptación a la gran pantalla de 8 mujeres (más de lo mismo) se presenta en Sitges a los mandos de Dark Touch, alegoría sobre la herencia traumática, las huellas emocionales que se encierran en los ciclos violentos y también película que analiza la cuestión perceptiva del individuo, todo esto sin dejar claros los límites del artefacto como cuento fantástico en cuanto a visión subjetiva de sus protagonistas o fuga mental para los espectadores. Lo que Carrie contó sobre el bulliyng y la religión aquí se traduce en una historia sobre los mecanismos de defensa infantiles ante el abuso en el hogar materno, y de cómo estos acabarán irremediablemente afectándonos a nosotros. Tradicionalista con cadencias del nuevo horror francés, el filme nos retrotrae a títulos como Orphan, Martyrs o al violento teatro de la opresión del mejor De Palma, dejando un sólido film de horror al uso de atmosféricos ambientes (que se comen todo rastro de intensidad) y frías texturas inlocalizables (¿es Irlanda? ¿Una unificada Europa?), sin mayor mérito que una correcta ejecución y un tratamiento narrativo de exquisita consciencia sociológica haciendo lo que debe hacer el horror: conectar con los miedos que subyacen en nuestro interior a cómo hemos configurado el mundo, pero esta vez mirando a ciertos temas (mujeres, cuerpos, dolor) de sensibilidades distintas a las que estamos acostumbrados. Consistente, pero nimia.
The Battery: pilas para el retraimiento
The Battery es una roadmovie de corte bromance enmascarado en un título low-cost acerca de la supervivencia en tiempos del zombie. Esta interferencia zombie la enfoca Jeremy Gardner desde la perspectiva de masificación moderna, de alienación social que pese a todo su envite contra la realidad es incapaz de interferir en esa naturaleza más salvaje, más hillbillie si se quiere. Si la paz del campo sigue estando igual de protegida, de inaccesible hacia el interior como en el aniñado Mickey, cuyo recogimiento nos exhiben mediante esos cascos de los que no cesan de sonar indie rock melancólico y alternativo (también muy genérico). Sin embargo, Mickey carece de la majestuosa crueldad de la tierra, y su ruido, su huella, su incordio va en la otra dirección: contra sí mismo. Y que a él no le afecte en principio de forma directa no quierte decir que, como veamos más tarde, sea todo un falso pilar que se puede desmoronar ante la primera eventualidad que surja en el camino. Descuido y delicadeza son dos caras de la misma moneda, y ambos el talón de Aquiles de los niños grandes mimados.
Camaradería hastiada en tiempos de rutina zombie, una película derivativa, romántica (embelesan todos los paisajes) y contemplativa, con un exacto y, a la vez original (la película es impredecible), punto de vista de las decisiones cotidianas de un mundo poblado por enemigos. Es antizombie, es irregular y no satisfacirá a todos los públicos, pero también es innegable que tiene un alma propia así como también consigue abrir temas interesantes sugiréndolos sin arruinar la reflexión propia. Resumiento, un soplo de aire fresco en el cada vez más apolillado género zombie. Porque no, esta no es la historia de la madurez via apocalipsis, del rito de paso de un mundo naive (pre-crisis) a otro donde veas con ojos sabios el carácter cruel de la sociedad. No, esto no es un drama a lo Walking Dead o Guerra Mundial Z, ni tampoco se eleva hasta la parodia la situación zombie desconectando con una experiencia potencialmente verosímil o plausible como lo puede hacer Zombieland, estos son dos magnéticos personajes paletos bastante descorazonados, egoístas y poco adeptos a ningún precepto moral que no aprenderán nada al final de esta historia. Más que nada, porque como se demuestra en la película, no había nada que aprender. Y mientras el juicio final podría encontrarse perfectamente bajo la apariencia de un anuncio de Springfield y no habernos dado cuenta hasta ahora, la amenaza real no eran los muertos vivientes, sino la falta de propósito en la vida lo que matará nuestra alma.
Frases de Dark Touch:
– Ha tenido un shock, así que no te sorprendas si es poco sociable o reservada.
– Si tienes miedo puedes venir y dormir con nosotros.
– Nunca lo superará si nadie la ayuda.
– Deambular por el campo así, sola y de noche es peligroso.
– Es la muñeca más bonita de la tienda.
Frases de The Battery:
– Ese billete de lotería es tan útil como tu puta gomina, Mickey.
– Vamos a robarle unas sábanas a tu novia muerta.
– Si van a mandar una mujer eso será lo que manden. Una camionera. Una bollera gorda. No a la jodida sobrina de dieciocho años de Frank.
– Igual sólo estoy cansado de guardar tu espalda y la mía todo jodido el tiempo.
– ¿Hacerle un puente al coche? Sólo lo hemos intentado ya una maldita docena de veces, Mickey.
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