Mar. Mar 19th, 2024

El octavo día en Sitges ha revelado la que es, y será, la mejor película de esta edición número 48. Bendita sea «The Invitation».

Una de las cosas más geniales que tiene el festival de Sitges es esa capacidad para sorprenderte cuando menos te lo esperas.

Llegas el primer día con una lista más o menos cerrada de películas a visualizar, generalmente compuesta por un número desorbitado de proyecciones marcadas en color rojo y con exclamaciones a los lados de las que, en pos de la supervivencia y de tener tiempo para poder satisfacer las necesidades fisiológicas de todo ser humano, gran parte, serán sacrificadas.

Del mismo modo, lo necesario de improvisar y el dejarse llevar por la corriente, el uso del instinto o, simplemente, el hecho de colarse en un pase sin ticket en los últimos dos minutos antes de que comience, te hace descubrir joyas que te fríen el cerebro y se convierten en nuevas piezas esenciales de tu filmografía de cabecera que, además, te obligan a replantearte día tras día un «top 3» de la edición en progreso que, pobre iluso de ti, creías cerrado tras haber visto sólo unas quince cintas.

En ediciones anteriores, este privilegio de quedar grabadas a fuego en mi memoria lo tuvieron filmes como The Guest, The Lords of Salem, The Sacrament o la maravillosa y austera pieza de sci-fi titulada Coherence; siendo la encargada de tomar su relevo en este 2015 “The Invitation”: Una nueva muestra de que se puede hacer muchísimo con muy poco, y que he tenido el privilegio de poder disfrutar después de que mis aliados festivaleros pregonasen a viva voz lo muchísimo que me iba a fascinar. No se equivocaron lo más mínimo.

The Invitation”: Lo mejor de Sitges 2015

The Invitation

Tal vez me haya excedido un poco con el título del apartado dedicado a hablar de la nueva película de Karyn Kusama, pero mucho tiene que enloquecerme “Green Room” —que veré dentro de un rato— para desbancar del puesto más alto en el podio del certamen a “The Invitation”, largo que, de forma inesperada, relegado a “The Witch” a un honorable tercer puesto en mi ranking particular.

El destino ha querido que mientras escribo estas líneas se haya anunciado el palmarés de esta edición número 48 de Sitges, dando como merecidísima ganadora del premio a la Mejor Película a este agudo y enervante thriller con pequeños tintes de terror psicológico que bien podría ser el resultante de un hijo bastardo entre las mencionadas anteriormente “The Sacrament” y “Coherence”; heredando gran parte del código genético de la obra dirigida por James Ward Byrkit, presente en su puesta en escena, su modelo de producción y su premisa, que cuenta única y exclusivamente con una casa, un grupo de personajes con mucho que esconder —y que sufrir—, y uno de los guiones —y consiguiente ejecución— más inteligentes que he podido disfrutar a lo largo del año.

El cariz de producción de bajo presupuesto de “The Invitation” le ha sentado de maravilla a su directora, lo cual se nota particularmente si comparamos el resultado de su trabajo más reciente con el de sus escarceos con los grandes estudios en, por ejemplo “Aeon Flux” o “Jennifer’s Body”.
Esto parece confirmar la creencia popular de que el hambre agudiza el ingenio, y es que con una economía de medios abrumadora, Kusama construye un ejercicio de suspense inigualable.
La forma en la que la directora y co-guionista edifica su historia sobre un crescendo constante de la tensión y nos introduce de lleno en el punto de vista del protagonista haciéndonos dudar junto a él, e introduciendo la paranoia debajo de nuestra piel.

Todo esto fomenta una experiencia de lo más interactiva en la que la risa nerviosa, los gestos abruptos en el patio de butacas a cada sorprendente giro de guión —no fuimos pocos los que nos echamos las manos a la cabeza con la mandíbula desencajada en más de una ocasión—, y los resoplidos de alivio están a la orden del día hasta que se convierten en gritos ahogados cuando “The Invitation” te rompe durante los últimos dos minutos de metraje.
IMPRESIONANTE.

I Am a Hero”: Cazadora de aplausos

I am a hero

Del mismo modo que ocurrió con “The Invitation”, decidí modificar mis planes del día para poder acudir a la proyección de la nueva adaptación a imagen real de Shinsuke Sato, quien ya trasladase “Gantz” a la gran y pequeña pantalla. Pese a no ser un gran amante del cine japonés contemporáneo, las alabanzas que llegaron a mis oídos por parte de mis círculos de confianza, aludiendo especialmente a la cantidad de aplausos y carcajadas arrancadas entre el respetable, me hicieron tirarme a la piscina y dejarme engatusar por la sanguinolenta y entrañable historia de Hideo; un dibujante de manga de tercera categoría obligado a luchar por sobrevivir cuando los zombis se apoderen de la ciudad.

Si algo extraje del pase de “I Am a Hero” es que era firme candidata a llevarse el Premio del Público —y, como se ha confirmado hoy, poco me equivocaba—. La orgía de diversión desenfadada y la conexión entre espectadores y pantalla que se vivió en el cine Retiro resultó más interesante y satisfactoria que la cinta en si.
Con la sala entregada al cien por cien desde el minuto uno, la sucesión de gags visuales, y el violento espectáculo poseedor de un diseño de producción capaz de dejar boquiabierto en no pocos puntos de la narración fueron lo único necesario para hacerme olvidar lo innecesariamente estirada que está su duración, lo agotador del clímax del filme —que podía haberse resuelto en la mitad de tiempo—, y lo poco elaborado del arco del bueno de Hideo que, pese a derrochar carisma, no posee una evolución lo suficientemente justificada como para que el gran final del segundo acto de la obra tenga la coherencia narrativa necesaria.

Una cinta divertida, si, pero también correcta sin más, que se ha ganado el favor del jurado popular con muchísimo menos mérito —y bastante más presupuesto— que la justa vencedora del año pasado “What We Do in The Shadows”.

The Pack”: Perro ladrador…

The Pack

Mencionar que, entre las películas del día y para mi desdicha, también pude ver “The Pack”; largometraje australiano con perros asesinos de por medio orquestado por los responsables detrás de horrendas creature features del país de los koalas como “Black Water” o “El Arrecife”.

El gancho —por no decir trampa— de emplear en su sinopsis la frase «Perros de paja se encuentra con Infierno blanco» funcionó con mi simple cerebro de fan de Sam Pekinpah y Liam Neeson, y me hizo caer en una hora y media de autentico sopor en el que no paré de pensar en qué momento la familia asediada por los pastores alemanes morirá de forma horrible para poner punto y final a un despropósito de dimensiones inversamente proporcionales a la cantidad de secuencias de acción en las que se ve algo más allá de primerísimos primeros planos desenfocados con movimientos de cámara abruptos a más no poder —es decir, ninguna—.

Un auténtico caos que no merece en absoluto nuestra atención, ni una sola línea más de esta crónica.

Dicho esto, me despido con los nervios de punta, porque mañana voy a ver una de mis ansiadas de este Sitges 2015: “Green Room” de Jeremy Saulnier.
Ya anticipo que ha entrado directa a la segunda posición de mi lista de favoritas de este año, así que no os perdáis la última parte de mi periplo por el certamen, con despedida, cierre, palmarés, mucha falta de sueño acumulada entre líneas, y mucho sufrimiento por tener que poner punto y final al, sin lugar a dudas, mejor momento del año…

¡Hasta mañana!

Por Víctor López G.

Sociópata altamente funcional. Ex-gordo. Ex-ESCAC. Superhéroe a tiempo parcial y cinéfilo a tiempo completo

2 comentarios en «Sitges 2015 (Día 8): Invitaciones sorpresa»

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