La prisión no es lugar ni para niños pequeños ni para gente tranquila.
Genial (y quizá ya tendríamos que dejar de sorprendernos) la nueva película del británico David Mackenzie. El director de «Young Adam» o «Rock’n’Love» (película que no me da vergüenza decir que me encanta) nos trae esta vez un drama de prisiones que, desde mi punto de vista, se acerca a la gran «Un profeta» de Audiard. En esta ocasión el protagonista es Eric (Jack O’Connor) un chico de dieciséis años que debido a la alta violencia que manifiesta constantemente es transferido a una prisión de alta seguridad (un hecho al que, precisamente, se le llama Star up). Allí seguirá con su estilo hasta que se presente delante suyo un preso que comienza a pararle los pies, su propio padre.
El ritmo del guión de Jonathan Asser (que se estrena por todo lo alto) es hipnotizante y perfectamente representado visualmente por el director inglés. Gana enteros en que, a pesar de mostrar una cárcel que ya hemos visto muchas veces, la muestra de una forma muy realista. Nada parece artificial. Toda la violencia, los gritos, la suciedad y las palabras parecen estar sacadas con total naturalidad de la realidad cotidiana de una prisión de ese tipo más que de una ficción clichística (¿existe esta palabra? sino debería).
Además, el desarrollo de la trama se mueve por distintos lugares que los que acostumbran este tipo de historias. Vale, sí, tiene sus puntos comunes con muchas (al fin y al cabo una prisión es una prisión y las cuestiones que dentro pueden acontecer son muy limitadas), pero consigue que el ánimo del espectador sea distinto al de otras ocasiones. Incluyendo varias escenas con un humor bastante negro en las que la violencia del instante se junta con un gesto de guiño al espectador, quién no puede evitar soltar una pequeña sonrisa ante tal situación.
No hay nadie bueno en la película. No digo que no haya ni buenos ni malos, digo que no hay nadie bueno. Y creo que eso es algo que realmente se debe valorar para bien. Si en películas como «En el nombre del Padre» sabíamos que nuestros protagonistas eran inocentes o en «Un profeta» no era tampoco muy, muy malo; en este caso el protagonista de primeras mete una paliza brutal a un compañero. Queda establecido ya que sí, que el chico tiene dieciséis años y puede estar perdido, pero que no es santo de ninguna devoción.
En este aspecto las interpretaciones son también extraordinarias. Comenzando por O’Connor quién demuestra cada día que pasa su gran capacidad interpretativa y cómo es una gran referencia para el futuro cinematográfico inglés; y quién consigue que empaticemos con un personaje difícil de compartir ningún lazo. Y pasando por el siempre solvente Ben Madelshon y el aunque aún no muy rodado, siempre genial Rupert Friend (Quinn para los fans de la serie americana «Homeland»). Al igual que ellos, cada uno de los secundarios está excelente en su papel, desde el primero de los presos de las charlas de control de ira de Eric hasta el último carcelero.
«Starred up» la primera de las películas de la Sección Oficial del festival que he tenido el gusto de ver y es sin duda una gran propuesta. Creo que como ocurre con muchas de las películas de Mackenzie el espectador puede o bien encontrar muchas cosas en ella o bien parecerlo algo vacía, pero no creo que esto último vaya a ocurrir mucho. El ritmo es magnífico, la historia interesante y la calidad innegable. Una gran propuesta para un festival que de momento me está gustando bastante.
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