Nos despedimos la sección oficial para explorar nuevas cinematografías tan solo exhibidas en certámenes como este.
Se empieza a notar el paso de los días y el peso de ver películas, pero la emoción supera al cansancio y hace que sigas adelante. A pesar de que estamos en días laborales no se nota que haya menos gente asistiendo a las sesiones. El público sigue acudiendo masivamente a los distintos pases, inclusive como nos pasó ayer que nos quedamos fuera porque había tanta gente que por unos pocos no conseguimos entrar a ver dentro de la sección oficial “Transpecos”. Además ayer era San Patricio, con lo que los atascos limitaba la capacidad de movimiento, por ese motivo tampoco nos arriesgamos a cambiar de cine con lo que nos perdimos otra de la última de la sección oficial “Claire in motion”. Con lo que damos por cerrada la oficial a concurso y cambiamos ambos títulos por otros de secciones paralelas.
“Karaoke crazies”: Esa boca es para comer
Dentro de la sección «Visions» hemos disfrutado mucho de la premiere mundial de este largometraje coreano dirigido por Kim Sang Chan. Se trata de toda una tragicomedia que se adentra en el universo particular del karaoke dirigido por Sung-Wook. El negocio pasa por sus horas más bajas, por ese motivo decide contratar a Ha -Suck, una joven veinteañera. Ella es una adicta a los videojuegos, pero aun así consigue atraer clientela. A ellos se suma Na-Ju que hará que el negocio vuelva a brillar sustancialmente.
Para hablar de este filme es inevitable referenciar al cineasta Jean-Pierre Jeunet, por el uso de los zooms, de la banda sonora donde el acordeón juega un papel muy destacado o la forma en que viste y maquilla a Ha-Suck o Na-Ju. Configurando esta tragicomedia como un cuentecito sobre el mundo de las adicciones: porno, videojuegos, alcohol, etc. El filme funciona perfectamente tanto en el plano de la comedia como en el dramático. Ahí entran en juego los personajes secundarios como el policía que persigue a un asesino en serie o el gran topo, sin pasar por alto la extravagante clientela.
Los cuatro personajes principales están marcados por la soledad e intentan sobrevivir con uñas y dientes. En el fondo lo que nos ofrece “Karaoke crazies” es un cuento sobre la amistad y la soledad no deseada.
“Baby Bump”: Mickey House vuelve a la televisión
Desde la Bianale de Venezia llega a la sección «Visions» este largometraje polaco, que nos ofrece noventa minutos de cine experimental donde su director juega tanto con los géneros, formatos o los distintos recursos que tiene a su alcance, haciendo complicado que podamos meter el filme en un contenedor único. Así pues, podemos optar por encuadrarlo tanto en el género de la fantasía como en el de la comedia o el drama. “Baby bump” tiene un poco de todo. En resumidas cuentas, nos relata la historia de un niño que sus padres se acaban de divorciar, y que desea dejar de crecer, siendo incapaz de asumir los cambios de su cuerpo. Además, está obsesionado con un personaje de dibujos animados llamado Mickey House, que acabará convirtiéndose en su alter ego y tomará posesión de su subconsciente. Será este animado personaje el que dirija las riendas de la narración, haciendo que el niño se deje llevar por sus pulsiones básicas.
Impresiona la plasticidad de las imágenes creadas por Kuba Czekaj donde mezcla los distintos tipos de animación con las imágenes reales. Es un filme que posee la capacidad de polarizar las audiencias, hasta tal punto que o lo odias o lo amas, a nosotros nos cautivó por completo por su capacidad de expresión repleto de colorido, humor fino y una gran simbología. Este es el típico título que sólo se puede ver en un marco como esté, siendo difícil su explotación comercial, Es un título muy estimulante para cinéfilos aguerridos.
“Bodkin Ras”: el fugitivo
Dentro de la sección «SXGlobal» hemos visionado esta propuesta holandesa que se trata de un falso documental con una fuerte carga dramática, que nos cuenta la historia de Bodkin Ras, un prófugo y solitario joven que llega a la pequeña localidad escocesa de Forres. Allí intentará rehacer su vida integrándose en su pequeña comunidad. Pero el pasado acabará llamando a su puerta.
Lo que llamó toda nuestra curiosidad y se convirtió en uno de nuestros títulos destacados es que todos los personajes que rodean a Bodkin son reales y se interpretan a sí mismos. El realizador Kaweh Modiri decide comenzar la narración a través del personaje de Bodkin y cuando este llega al pueblo, toda a otro personaje, Red James, para siga con la narración de los hechos. El problema surge cuando Modiri parece no tener claro desde donde narrar, si desde James o Bodkin, saltando de uno a otro, notándose demasiado que tenía muchas cosas planificadas pero que otras son totalmente improvisadas, de tal forma que se le complica articular el discurso sobre la problemática derivada de la integración social, resultando ser un tanto complejo e indigesto, exigiéndole mucho al espectador para que entre en la dinámica del filme. Para dar más realismo al texto no duda en usar la cámara en mano para retratar a la clientela del bar “Eden”, donde acude lo mejor de cada casa. Configurándose como un relato costumbrista.
“From nowhere”: en busca de la Green Card
Y acabamos el día zambulléndonos en la sección «Narrative Spotlights» para ver el filme más ortodoxo de la jornada. Se trata de un pequeño drama muy bien elaborado a partir de la obra de teatro firmada por la guionista del filme Kate Ballen, que estructura su relato en torno a tres adolescentes indocumentados en Estados Unidos. Los tres poseen distintas nacionalidades, una de las chicas es peruana, otra dominicana y finalmente tenemos a un chico africano. Los tres tienen en común que se hayan atrapados entre el mundo de la burocracia y su dura realidad, donde carecen de los mismos derechos que cualquier otro adolescente estadounidense, por el simple hecho de carecer de papeles. A pesar de acudir al colegio, estar escolarizados y ser brillantes, su condición de indocumentado le impide por completo de acceder a la universidad. Esta situación les obliga a madurar con antelación, sumergiéndoles en un mundo sumamente hostil y complejo.
Mathew Newton usa con precisión su cámara para ilustrarnos perfectamente el desarraigo social, cuyos referentes hay que buscarlos en cineastas como Laurent Cantet o John Cassavettes. Para otorgar más realismo al relato por un lado, ha utilizado actores totalmente desconocidos para dar vida a los tres jóvenes y sus respectivos familiares, utilizando como gancho comercial a actores más conocidos que den vida a la profesora del instituto y al abogado, interpretados por Denis O’hare o Julianne Nicholson. Por otro lado ha rehusado utilizar banda sonora que puntúe cualquier emoción o hecho del filme, decisión que consideramos profundamente valiente y acertada, porque evita dos problemas: subrayar el discurso y manipular al espectador. El problema lo encontramos en que nos describen muy bien dos personajes: Musa y Sophie, dejando un poco al margen al tercero. Puede que sea debido a que todo ya estaba debidamente explorado con estos dos protagonistas. En síntesis, lo que depara este nuevo trabajo de Newton es preciso y realista relato de las consecuencias de la burocratizada realidad estadounidense repleto de actuaciones genuinas que rebosan verosimilitud.