Mar. Mar 19th, 2024
The Selfish Giant BFI London Film Festival

Niños jugando con cables, niños jugando a ser chatarreros, niños jugando a ser mayores cuando deberían estar jugando a otra cosa.The Selfish Giant BFI London Film Festival

El cine inglés es apasionante. Sabe jugar en todas las ligas. En las de películas de acción, en las de bajo presupuesto, en las épicas, urbanas o en las del campo. A todo lo que toca le da ese algo suyo. Un toque que ampliamente se puede observar en «The Selfish giant» una modernización del cuento de Oscar Wilde que resulta apasionante. Cuenta la historia de Arbor (Conner Chapman) y Swifty (Shaun Thomas) (empapados también ampliamente por la sobre de Tom Sawyer y Huckleberry Finn) dos chicos que al ser expulsados del colegio dedican sus días a recoger chatarra para venderla y sacarse unas libras.

La historia con un pulso increíble, un ritmo y fotografía hipnótica y verdadera belleza audiovisual te va sumergiendo poco a poco en el mundo de los muchachos. Sus familias (de clase social muy baja), la gente de la chatarrería… Con puntos de drama en cada una de las escenas, pero también con un excelente humor negro, la historia nos va acercando poco a poco a los muchachos. Y sus problemas entre ellos. Porque cuando Kitten (el dueño de la chatarrería) comienza a favorecer a Swifty para que sea jockey de su caballeros en las carreras ilegales que realizan con ellos, se empieza a crear un pequeño abismo entre los muchachos del que si no se tiene cuidado resultará imposible salir.

Las interpretaciones de los dos muchachos son excelentes. Sobre todo la Chapman que consigue dotar de total naturalidad a Arbor, un chico de bajos fondos y mal hablado, uno de esos Lazarillos que tanto pueblan los pueblos del sur de Inglaterra. Pero si algo hay que destacar del trabajo de Clio Barnard (director y guionista de la película) es que consigue con gran maestría ir introduciendo a los espectadores en una película que si bien nunca para de tomar un camino dirigido, como espectador nunca se sabe hacia donde. Sin embargo, Barnard es astuto y sabe muy bien cómo ha de dirigir la historia para el increíble final que manifiesta. Emocionantes, realmente emocionantes y cautivadores son los últimos veinte minutos de la película, que cuál toda tragedia griega, te mantienen en vilo sin ser capaz de despegarte de tu asiento. Con la piel de gallina. Temblando y en un silencio sepulcral que hacía tiempo no sentía en una sala de cine. Nadie se ha movido con los créditos. Nadie. La historia y la actuación de Conner Chapman en los últimos veinte minutos de la película nos han dejado simplemente sin saber cómo reaccionar.

The Selfish Giant BFI London Film Festival

Magnífica película, por tanto, que es necesaria ver para comprender una pizca más del cine inglés y que posiciona (reafirma más bien, aunque este sea su primer largo de ficción) a Clio Barnard como uno de los directores a seguir en los próximos años.

Por Arturo M. Antolin

Me dedico a hacer cine. A veces también escribo al respecto. Vivo exiliado en Reino Unido. España aún no sabe si ha ganado o perdido con ello.

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