Mar. Mar 19th, 2024

THE PELAYOS

Lo mejor de The Pelayos es ese enorme actor llamado Lluís Homar, el mismo que en la rueda de prensa ha dicho que The Pelayos era el canto del cisne de nuestra industria cinematográfica. Sea o no convincente la agorera declaración del actor, la película de Eduard Cortés no llega a ser un canto, se queda en un gemido presuntuoso. Una estética demasiado adornada no resulta ser el envoltorio adecuado para un guión corto en intensidad, en ingenio y en acción. Una fotografía más sucia hubiera sido lo más adecuado para creernos que Daniel Brühl (y su ridícula indumentaria), Miguel Ángel Silvestre, Marina Salas o Oriol Vila son los Pelayo, esa familia andaluza que hizo saltar la banca de los grandes casinos del mundo con un método legal para ganar a la ruleta. El clásico cuento del pobre que gana al rico. Un Ocean’s Eleven precario.

Miguel Ángel Silvestre interpreta aquí uno de los mejores papeles de su carrera, un tipo veinteañero con poco cerebro pero con una hiperactividad inabarcable. Lo borda. Seguramente el Pelayo original era menos guapo, pero al cine vamos a enamorarnos. Igual de enamorados de lo que están Silvestre y Blanca Suárez, hablo de sus personajes, no haya confusiones. Blanca no se podía perder este filme, la actriz está en su momento de gloria, “sus destellos nos han tirado a todos por los suelos”, dijo un imberbe reportero en la rueda de prensa. Yo prefiero a Hui Chi Chiu, la actriz asiática interpreta a la mujer que comparten dos Pelayos, el patriarca interpretado por Lluís Homar y el líder para el que Brühl ha donado su estupendo careto. Chi Chiu ha contado estar harta de salir en las películas y tener siempre la misma línea de dialogo: “¿Quieren rollito de primavera?”.

 

La música es otro de los peores puntos, demasiado reiterativa y machacona. Pero no todos son malas noticias, como he empezado diciendo Lluís Homar demuestra una vez más que es un actorazo, su Gonzalo García-Pelayo respira, transmite admiración y ciertos conflictos internos que redondean el carácter del personaje.

Málaga ha apostado por un filme que a pesar de su factura regular tiene sus momentos, la mayoría a causa de un buen sentido del humor y de un reparto espectacular que durante la alfombra roja atrajo a cientos de miradas. Y eso es en el fondo lo que se pretende, seguir atrayendo miradas hacia este arte moribundo.

LA ROCA

Pero no todos son producciones millonarias también hay pequeños rincones donde poder degustar interesantes  propuestas. En el Teatro Echegaray se ha podido ver La Roca, un documental sobre como Franco cerró la frontera de Gibraltar aislando a 30.000 personas sin comida, agua o líneas telefónicas. Un hecho poco estudiado en este país que solo sabe detenerse en las injusticias cometidas en tiempo de guerra. Impedir por las buenas que miles de personas dejen de estar en contacto con sus familiares suena a tortura o a drama tremendista. El hallazgo de Raúl Santos en contar con numerosos y apasionantes retratos de personajes tan excéntricos como ese niño que gracias a un walkie talkie inventó un sistema con el que las personas que vivían a ambos lados de la verja podían comunicarse.

La historia de este héroe prematuro se intercala con otras igual de fascinantes. Como la de esa banda de rock gibraltareña que probablemente revolucionó la música de nuestro país versionando a los grandes grupos extranjeros copiando sus letras fonéticamente. De lo poco que sobra en este documental es la historia principal. El retrato de esa anciana cuyo pasado terrible se deja entrever mediante primerísimos planos y  silencios cortantes. Trucos demasiado abusivos para un producto de fácil digestión.

 

2 comentarios en «Un método que funciona a medias. Málaga: Día 1»

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