Margarethe Von Trotta presenta en Madrid Hannah Arendt con motivo de la retrospectiva que le dedica el Festival de cine alemán.
La película que se centra en los años en los que la pensadora germana de origen judío se dedicó a escribir un ensayo sobe el juicio a Adolf Einsmann en Israel tras una de esas detenciones al estilo Mosad y su posterior ejecución en la horca. Acercarse a la figura de Hannah Arendt es uno de esos retos que deben dar pavor. Hacer películas biográficas es el arte de sumirse ante el personaje de manera equilibrada y sincera, abriéndose a lo que tuvo de controvertido y, además, añadirle los elementos emocionales que requiere una película de éxito.
Von Trotta, sin embargo, prefirió contar un episodio de la vida de Hannah Arendt para componer todo el cuadro: «Consciente de la magnitud del reto de cinematografiar toda una vida, preferí quedarme con un capítulo que diese las claves del personaje». Y Hannah Arendt queda retratada como una mujer de las que pelea y lucha, de las que guerrea en campos abiertos y no se deja amedrentar, no solo por los hombres sino por la profundidad de sus pensamientos.
Pero no solo es el coraje lo que retrata Von Trotta, también a una mujer sensible y humana. «Me escribió el último asistente de Hannah y me felicitó por lo bien plasmada que estaba, no solo la Arendt filósofa sino la Hannah cercana y emotiva».
Además del personaje, también el texto que escribe durante el relato es fundamental. «Tan importante como la figura es su legado, y ese texto, que generó tanta controversia, es parte fundamental del pensamiento del S.XX. Pesar, decir, equivocarse son las claves del pensamiento que transforma la realidad».