Hay una expectación inusitada en este décimo cumpleaños del festival de referencia en lo que a documentales se refiere. Sabiéndose en el punto de mira de la guadaña implacable de la realidad económica, en este décimo aniversario el nuevo equipo gestor ha decidido cambiar de baraja antes de terminar el juego. D. Fernando Villalonga, Delegado del Área de Gobierno de Las Artes, Deportes y Turismo del Ayuntamiento de Madrid, junto a los directores del Festival Mikel Olaciregui y Vicente Mozo, asumen que un cambio de rumbo no es necesario, sino imprescindible. Flotaba en el ambiente de la rueda de prensa que acompañaba a la presentación ante los medios de Documenta Madrid, un solemne espíritu de supervivencia, un claro desafío a la propia filosofía, volviéndose “más selectivo, primando la calidad, ofreciendo una visión plural y realista” adecuando la oferta a la demanda.
Documenta Madrid deja el espíritu inconformista y minoritario que le otorgaba una halo de celosa marginalidad y respetuosa leyenda. Quiere hacerse hueco entre el público, su asignatura pendiente, acomodándose paralelamente a una reducción de presupuesto del 70% en los últimos cuatro años. Apostando por adelgazar la oferta volcándose en títulos avalados por su prestigio internacional, convirtiéndose en un festival selecto, primando así la calidad sobre la cantidad a la que nos tenía acostumbrados. Por las pantallas de la Cineteca, se pasearán 15 largometrajes y 19 cortos en su Sección Oficial a competición. Junto a ellos, 13 largometrajes y 5 cortometrajes compondrán la sección Panorama, dedicada en exclusiva al cine español. Además de ciclos paralelos sobre documental mexicano y de Oriente Medio y una retrospectiva de documental durante la transición.
La X edición de Documenta Madrid es más que un aniversario y una fecha que celebrar, es una apuesta por la renovación, supone un cambio de ciclo con el objetivo de dar un gran salto hacia delante huyendo de la presumible desaparición si los criterios de audiencia o demanda no satisfacen el esfuerzo presupuestario que, aunque sensiblemente reducido, no deja de ser importante. Pase lo que pase, la buena noticia es que, por décimo año consecutivo, el cine documental toma Madrid.