Jue. Mar 28th, 2024

En Madrid, me imagino que como en el resto de España estamos sufriendo el mismo problema, me explico. Los cines de dentro de la ciudad están desapareciendo, y están surgiendo grandes multisalas dentro de los grandes centros comerciales que se sitúan en la periferia de la gran ciudad. El concepto de cine de barrio

está quedando bastante obsoleto, eso por no hablar de las sesiones dobles, que son cosas del pasado cercano pero pasado es.

Aquí para ir al cine hay varias opciones. La primera es acudir a un gran centro comercial, aquí llamados «Mall». Concretamente el más cercano a donde resido es el Mansfield Movieplex, son nueve salas bastante pequeñas, o yo todavía no he dado con la grande. Y cuando digo pequeña es con capacidad para unas cincuenta

personas no más. El día que más gente hemos estado viendo una película ha sido el día que vi TROPIC THUNDER y éramos en la sala, si mal no recuerdo, seis en total. La entrada cuesta seis dólares sin descuentos, pero como yo soy otra vez universitario, me sale por cuatro si voy entre semana incluido el viernes. Por cierto aquí son muy estrictos con la edad, pero para todo, vamos que si te quieres tomar una cerveza o entrar en una discoteca has de enseñar tu pasaporte, independientemente que peines canas o no.

Me sorprendió ver a la gente poner los píes sobre la espaldera de la butaca de enfrente, como en las películas. Además, la sala no se oscurece del todo, queda como una luz tenue que ves todo, es extraño o a mi me resulta extraño, porque estoy acostumbrado a que la sala se oscurezca del todo. Las palomitas es lo que más sube el precio de la broma, el paquete pequeño sin Coca Cola sube a 2,5$. Si quieres celebrar tu cumpleaños en el cine, aquí te dejan y te hacen un precio especial, vamos como en el McDonalds.

En estos cines sólo puedes ver películas que ya han sido estrenadas hace un par de semanas en las grandes ciudades, tipo Nueva York, Los Ángeles, etc. Como podéis ver en la foto esta semana iré a ver la última de Neil LaBute y Eagle Spy, que creo que tendrá como siempre en España un rocambolesco título del cual ahora no quiero o puedo acordarme.

Tenemos en el campus otra opción, es un pequeño cine que pone películas de estrenos todos los jueves, sábado y domingos al módico precio de dos dólares con carnet de estudiante y 4 en caso de carecer de tan alto honor. Se llama STUDENT UNION THEATRE. La noche de los viernes programan un film gratuito y que posea una cierta relevancia por su contenido o por su magnitud, por ejemplo la pasada semana se pudo ver «El buen pastor» de Robert DeNiro. Así que como podéis ver los programadores son un poco demócratas.

Existe otra opción que es el CINE STUDIO, que posee su propia web, pero para ello hay que ir a la ciudad más cercana que está a unos veinte o treinta minutos en coche. Para que os hagáis una idea es como ir en Madrid a los Alphaville (me niego a llamarlos Golem, para mi siempre ese será su nombre) o a los Renoir, pero es muy curioso. Ya veréis, imaginaros, de miércoles a sábado te ponen «Regreso a Brideshead» y el domingo te ponen sólo ese día «Harold y Maude» de Hal Ashby, una obra maestra, una comedia soberbia, ¿alguien la recuerda? La primera vez que la vi fue en el programa de José Luís Balbín «La clave» Desde entonces no la he vuelto a ver, pero creo que el 26 de Octubre tengo una cita en Hartford.

Otras películas programadas son «Yo serví al rey de Inglaterra», esta mezclada con «Los pájaros» de mi tocayo Alfred Hitchcock. Lo malo es el precio ocho dólares adulto, y siete con carnet de estudiante. Se me olvidaba, en este cine está prohibido comer ni beber nada en la sala, así como hablar durante las películas, eso pone un cartel bastante estricto. Próximamente entre el 5 y 9 de noviembre se podrá asistir al EROS FILM FESTIVAL, que ya os podéis imaginar con ese nombre, es el nombre con el que se conoce aquí al Connecticut Gay and Lesbian Film Festival. Otra curiosidad de este cine es que sobrevive gracias a los donativos de productores y directores de cine, os dejo un enlace a la lista de los donantes o amigos como se les llama por aquí.

Bueno si os habéis pispado colegas la Coixet está aquí que se sale porque su último film «Elegy» puede verse hasta en cines de arte y ensayo, ¡Dios mío! Cuanto tiempo hace que no decía esas palabras. Por cierto, os reto a cualquiera a que me diga el nombre de un cine de arte y ensayo que sobreviva por alguna ciudad española. UN, DOS, TRES, RESPONDA OTRA VEZ.

Ya veremos si se os ocurre alguno, pero creo que no porque son una especie extinta hace muchos años, ahora sólo tenemos cines que ponen películas en versión original, y nada más. Yo me declaro ferviente admirador de este tipo de salas porque puedes escuchar las voces originales de los actores, como la de Pierce Brosnan que estrena este viernes en nuestro país «EL JUEGO DEL MATRIMONIO», film escrito y dirigido por Ira Sachs e interpretado por el actor galés acompañado por Chris Cooper, Patricia Clarckson y Rachel McAdams.


Sachs se adentra en el extraordinario mundo de la vida marital, tras varias décadas de absoluta satisfacción, Harry llega a la conclusión de que debe asesinar a su mujer Pat. La quiere demasiado como para dejar que sufra el día que decida abandonarla por la joven y adorable Kay. Lo que Harry desconoce es que su mejor amigo Richard tratará de robarle a su amante a la mínima ocasión que se le presente. Mientras Harry ultima el plan para deshacerse de Pat, las personas que le rodean están trazando sus propios engaños. Al igual que Harry, tratarán de alcanzar sus objetivos dando rienda suelta a sus pasiones ocultas, y acabarán tropezando con sus propios escrúpulos.

Así que este film reta al espectador, pretende jugar con él planteando un mezcla de géneros como son la comedia, el melodrama y la intriga, todo para dar respuesta a una pregunta fundamental: ¿En qué consiste realmente la vida en pareja? Bueno ahora os dejo con unos breves apuntes de Ira Sachs, director y co-guionista del largometraje. Una comedia con clase. Divertida, triste y entretenida a partes iguales. Si funciona, el espectador tan solo notará la profundidad de su mensaje tras abandonar la sala, una vez han regresado a sus vidas, a sus hogares, a sus dormitorios.

UNA PELÍCULA CONTEMPORÁNEA.
Quería transmitir que los años cuarenta habían tenido lugar ayer mismo. No existen los tonos oscuros o los “periodos” marrones, no existe una idea demasiado precisa de cómo fue realmente ese periodo. Es una película moderna ambientada en otro tiempo. Aunque el entorno sea estéticamente diferente, los dilemas no lo son. Los personajes de esta película podrían ser nuestros abuelos, nuestros padres o incluso nosotros mismos.

UN FILM DE SUSPENSE.
Psicológica, emocional y conducida por la planificación de un asesinato, por engaños amorosos en pleno desarrollo, y la irremediable y egoísta búsqueda de la felicidad conyugal.

UN DRAMA DE PERSONAJES.
Nuestras alianzas cambian en cada escena hasta que llega un punto en el que no sabemos que es lo que va a ocurrir. Nos sentimos identificados con los cuatro protagonistas. Sus errores, su ambiguedad, su deseo de amar y de ser amados, son los nuestros también.

UNA GLAMUROSA RETROSPECTIVA.

La música debe ser rica, cinemática, no toda de época, no toda de tiempos pasados. Junto con la estética visual del film, debe ayudar a los espectadores a involucrarse con la historia y los personajes. No debemos tener miedo de las sombras, ni del montaje, ni de la riqueza cromática. Así pues, “El juego del matrimonio” es una historia íntima cargada de audacia. Centrada en la emoción, la tensión, el drama, el corazón.

EL ESTILO DE LOS CUARENTA RECREADO EN EL SIGLO XXI.
La acción tiene lugar durante los años cuarenta y sienta sus bases en la chispa de tensión que se crea entre un ingenioso entretenimiento y un duro realismo dramático. “La gente tiene un montón de clichés en mente sobre los años cincuenta – sobre su estilo, su cultura -, pero la posguerra de los años cuarenta es un terreno inexplorado”, dice el director. Sachs reúne para la película a un estelar equipo de decorados, vestuario y diseño de producción para recrear lo más fidedignamente los años cuarenta en la pantalla. “Nos hemos mantenido lejos de los tópicos sobre los cuarenta – no hay grandes hombreras, no hay una iluminación de cine negro, ni violentas sombras de lápiz de labios. Pujamos por una sensibilidad más moderna, aunque sin abandonar nuestro amor por el glamour de esos años y la posibilidad que se nos ofrecía de deleitarnos en ellos – buscamos en todas las tiendas especializadas en mobiliario y vestuario de esa época en Nueva York y en Los Ángeles.”

UNA LIGERA SENSACIÓN DE BANALIDAD
Cuando Sachs dió comienzo a las labores de escritura junto a Oren Moverman, ambos estaban de acuerdo en que la película debía tener un tono juguetón. “Desde la secuencia inicial de créditos”, comenta Sachs, “señalamos a los espectadores de que hay un punto de banalidad y ligereza en los serios asuntos que vamos a tratar a continuación. Queríamos hacer entender a la audiencia que no era necesario que se tomaran cada acción de un modo del todo literal. Ahora bien, este tratamiento no niega la dramática naturaleza de lo que está ocurriendo entre esos personajes. Quería que cada espectador experimentase el placer de disfrutar de una historia bien contada sin tratar de pensar en ella demasiado. En este punto se parece a muchas de las viejas películas que yo amaba cuando era un crío: es una película, una fantasía, y ya en otro nivel versa acerca de cosas que para mi son muy reales y personales.”

TRAILER «EL JUEGO DEL MATRIMONIO»
[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=qO-xVmVKSkE]

Por Alfredo Manteca

Periodismo UCM. Cinéfilo y cinefago compulsivo. Crecí con Kubrick, Hitchcock y Cronenberg.

9 comentarios en «EL JUEGO DEL CINE»
  1. Que bueno es leer este «cuaderno de bitácora» sobre tu estancia en USA. Está muy , pero que muy bien.

    Sigue enseñándonos cositas interesantes de allí.

    Por otra parte, me ha encantado la norma que no deja comer, beber ni hablar mientras se proyecta la cinta.

    SUBLIME!!!!!

    Ese tipo de cosas, son las que deberíamos copiar de los yankees!

  2. Sois algo así como Nuestro hombre en la Habana o el español en la corte del Rey Arturo. Es fantástico, jejejejeje.
    Lo de la luz me imagino que será porque no todo el mundo tiene un visor nocturno en su rifle de asalto, jeje.
    Respecto a la peli del Brosnan… El tipo este me retrotrae a la infancia y me evoca imágenes del escote pecoso de Stephanie Zimballist. ¡Y pensar que me ponía la Zimbalist!
    ¡Un abrazo!

  3. Mi estimado Gon, todo un honor verle por estos lares. Pues he de confesar que no sabía yo ese detalle de las palomitas y la Coca-Cola, yo he experimentado el refill, para todos, el rellenado en los restaurantes, etc, pero no el cine. Mañana que iré a ver Eagle Eye te preguntaré.
    Mi estimado Perry Mason, trataba de haceros conscientes de un cambio sociológico que estamos sufriendo poco a poco, los cines se transforman en H&M, en los cines se comen ya hasta nachos, y eso me hace pensar que estamos perdiendo algo. En la sesiones dobles la experiencia cinematográfica era más colectiva, ahora nos quedan cosas como el festival de Sants (homenaje para mis lectores catalanoparlantes) o la muestra de cine fantástico de Madrid. Donde conocí por ejemplo a Lady Lunares acompañada del Doctor Zombie o a Kike, por no empezar a escribir una lista. Y me tronché cuando leí esa pedazo de retaila de cosas prohibidas, porque es incómodo oir el crujir de los nachos del espectador de tu derecha o izquierda, por no hablar del olor, que aprece que estas en un restaurante.
    JAJAJAJAJA, puede que sea eso mi estimado Marchelo, puede que sea eso. Pero la verdad me siento incapaz de preguntar la razón real, porque sería meterme en un berenjenal de mucho cuidado.
    Mañana le haré Doctor Zombie en su honor una despedida a lo Hermida. Y desde luego que «grandes» recuerdos me trae la serie Remintong Steele.

  4. No se como está el tema em Madrid en cuanto a los cines, pero por lo que comentas el centro se va quedando sin cines en favor de los centros comerciales…en Barcelona los cines del centro míticos como Aribau o Comedia, se convirtieron ya hace mucho en multisalas y la verdad es que van bastante bien de público…cines de sala única quedan poquitos como el Urgell o el coliseum que mantienen hasta la tradición de las cortinas que se abren y cierran….no son los cines más cómodos del mundo y sus butacas hace que te duela el culo, pero esa pantalla hace que valga la pena visitarlos….
    Maravillosa su definición de los cines USA, estoy aprendiendo muchas cosas y eso se agradece.
    saludos amigo

  5. Ah y lo más parecido a una sala de arte y ensayo aquñi en Barcelona serían los Verdi…
    si cumple la promesa de venir a Barcelona después de Navidad, vamos a verlos

  6. Pues en Madrid, gracias al Círculo de Bellas Artes que ha revitalizado hace un año su cine, yo creo que ese es el único que nos queda, y bueno, podremos dar por valido los Verdi de Madrid, aunque tengo oido, mi estimado Ángel que son mejores y tienen más vidilla sus Verdi..

  7. Sobre el tema de cines, el BELLAS ARTES de Madrid en efecto es un lugar que se debería cuidar…

    Me encantan las fotos y textos de sus crónicas de EEUU (y como Angel estoy aprendiendo cosas nuevas de ese país gracias a ud.).

    Saludos!!!

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