Mar. Mar 19th, 2024

En esta cuarta temporada, la serie de Charlie Brooker demuestra que su magia proviene de una cocción a fuego lento y que la prisa no es buena consejera.

Apenas 1 año después de ofrecernos una magistral tercera temporada y demostrar que la libertad creativa que ofrece Netflix es sinónimo de calidad, Charlie Brooker nos trae 6 nuevas propuestas tecnológicas cuyo uso y abuso nos plantea diversos dilemas morales y nos invita a debatirlos con familiares y amigos. Como es habitual, a pesar de presentar varios puntos narrativos y estilísticos comunes a todo episodio de «Black Mirror», cada capítulo es muy diferente al anterior. Sin embargo, hay ciertas características que prevalecen a lo largo de la serie y que en este caso difiere de temporadas anteriores. En primer lugar, Brooker se muestra menos negativo frente a los avances tecnológicos. Ese aura negro que impregnaba cada episodio de «Black Mirror» se va disipando dando paso a pequeños rayos de neutralidad. Si bien Brooker sigue lejos de ver la tecnología como algo beneficioso para la sociedad, su tono es más objetivo involucrando más a su fiel público que, durante estas 3 temporadas, ha estado educando para ser capaz de juzgar con mayor criterio sus propuestas sin necesidad de ser tan directo. Por otro lado, el creador británico aprovecha el tirón mediático que está teniendo el feminismo poniendo como protagonistas de todas sus historias a mujeres. La diferencia entre este caso y las descaradas campañas publicitarias de Pescanova y Pavofrío, es que Brooker si se toma en serio el movimiento rompiendo barreras entre los sexos no enfrentando a mujeres a problemas de mujeres, sino enfrentándolas a problemas humanos y siendo capaces resolverlos igual o mejor que los hombres.

Por último y para nuestra desgracia, «Black Mirror» muestra claros síntomas de agotamiento creativo. El escaso número de episodios por temporada y la dilatada espera entre ellas daba a entender la ardua tarea que conlleva el desarrollo de cada capítulo a nivel de guion. Al igual que ocurre con “Rick y Morty” (Justin Royland y Dan Harmon, 2013-presente), la densidad y originalidad de los capítulos requieren de una cocción a fuego lento, y Netflix ha querido hacer de «Black Mirror» un Fast Food. Como consecuencia, tenemos episodios más simples, con menos o casi ninguna “chicha”, y ha obligado a Brooker a reciclar ideas de otros episodios de la serie. Por ello, tanto la originalidad como su rico trasfondo se resiente y, por primera vez, nos ofrece episodios directamente olvidables. Esperemos que Netflix sea consciente de su fallo y, a parte de la total libertad, deje a Brooker el tiempo necesario para desarrollar una quinta temporada en condiciones. A pesar de ello, esta cuarta temporada nos deja algunos capítulos realmente buenos y en el análisis episodio a episodio veremos cuales son.

1. USS Callister Homenaje a Star Trek

La temporada no podría empezar con un episodio más sorprendente, aunque será cada uno quien decida si es para bien o para mal. Nos hayamos a bordo del USS Callister, un bonito homenaje al USS Enterprise en el 50 aniversario de «Star Trek» (al que le dedicamos un extenso monográfico en Videodromo). Sin embargo, no estamos en un futuro donde los seres humanos hayan construido naves espaciales con el fin de explorar la galaxia, sino en un juego al que se accede de manera idéntica que en el episodio 2 de la pasada temporada (Playtesting) y del que exprime poco más. Solo tiene un par de giros de guion al servicio del efectismo y la sorpresa más que de proponer un dilema a debatir, y que no consiguen profundizar más allá de donde llegó el episodio del que bebe, si bien da pinceladas tangenciales de ideas sugerentes que no termina de desarrollar. “USS Callister” es un divertimento tanto para el público como para su creador, con una trama bastante similar a un episodio cualquiera de «Star Trek», demostrando que Brooker es capaz de fusionar el estilo de «Black Mirror» con aquello que se proponga. Sin embargo, para aquellos que queríamos un poco más de profundidad, nos quedamos con las ganas. Un buen guion de intriga y acción con toques de humor, una buena dirección y unos pletóricos Jesse Plemons y Cristin Milioti que en otro contexto hubiera sido un 10, pero que dentro de «Black Mirror», no pasa del 5.

2. Arkangel Control parental

Para su segundo episodio, «Black Mirror» se guarda una invitada de excepción, la actriz y directora Jodie Foster, que ya se había encargado anteriormente de episodios de House of cards (Beau Willimon, 2013-presente) con estupendos resultados. Foster vuelve a los orígenes estéticos de la serie impregnando ese aire de cine indi britático con una paleta de colores claros y suaves que contrastan con una historia cruda protagonizada por una espectacular Rosemarie Dewitt. La utilización de una tecnología similar a la que ya apareció en el episodio 3 de la primera temporada (“Tu historia completa”), sirve de preámbulo para un debate tan clásico como es la relación entre padres e hijos y hasta que punto el control parental es beneficioso y cuando puede resultar contraproducente, no solo para la relación paterno-filial, sino también para el correcto desarrollo de los niños. A través de una historia sencilla y desgarradora, Brooker y Foster sacan todo el jugo al debate que proponen. Tras un primer episodio colorista y lleno de artificio, volvemos a un capítulo más clásico de «Black Mirror» que, a pesar de reciclar gadgets tecnológicos de otras temporadas, sabe erigirse con suficiente potencia y originalidad.

3.Cocodrilo Me recuerda a algo

Jodie Foster no es la única directora de cine invitada en esta temporada. El realizador australiano John Hillcoat ,que se dio a conocer a nivel mundial gracias a su fantástico western “La propuesta” (2005), y que poco a poco fue desinflándose con “La carretera” (2009), “Sin ley” (2012) y la reciente Triple 9 (2016) (aunque, personalmente, las considero todas ellas muy interesantes a nivel visual aunque menos en su aspecto narrativo). El cine de Hillcoat es rudo, sobrio y violento, un poco como la filmografía de Robert Aldrich. En definitiva, una buena elección para dirigir un capitulo de «Black Mirror». Ambientado en medio de la gélida tundra islandesa, “Cocodrilo” es, al igual que ocurrirá con el episodio “Cabeza de metal”, un estupendo ejercicio cinematográfico de suspense que, lamentablemente, carente de trasfondo. La tecnología aplicada para la ocasión parece un mero añadido con el fin de justificar que se trata de un capitulo de «Black Mirror». Además, este gadget también huele a refrito del empleado en el episodio “Tu historia completa”, tal y como ocurriese en el capitulo anterior. La única diferencia es que nos encontramos en un escenario futuro donde esta tecnología ya ha entrado en desuso y parece sacado de los años 80. Acostumbrados a que la tecnología en «Black Mirror» se nos presente como si del último producto de Apple se tratase, este toque retro junto a la atmósfera glacial que envuelve una trama muy bien contada, capaz de mantener la tensión a pesar de saber la que se avecina, es lo único salvable de un capitulo olvidable. Tras su visionado, solo queda un regusto amargo de ver que podría haber hecho Hillcoat con un guion mucho más potente.

4. Cuelguen al DJ Amor racionalizado

Y por fin llegamos al mejor episodio de la cuarta temporada y, posiblemente, uno de los mejores episodios de la serie si no recordase tanto a “Caída en picado” en lo visual y a “San Junipero” en la trama. En este caso, la comparativa si es odiosa y puede llegar a enmascarar la brillantez del capítulo. “Cuelguen al DJ” cuenta la historia de amor entre Frank y Amy, dos jóvenes que se conocen a través de un programa de citas aleatorias marcadas por una caducidad necesaria para que el software analice suficientes relaciones entre sus subscriptores con el fin de encontrarle a la pareja ideal. Y hasta aquí puedo leer. Una preciosa historia de amor marcada por el tono agridulce que genera la tecnología cuando se inmiscuye en asuntos del corazón. Aparentemente inofensiva, “Cuelguen al DJ” es muy densa y esconde muchos temas que irá tratando con el tempo marcado a la perfección para que nuestras mentes divaguen sobre cada uno de las ideas que plantea para acabar con un final a la altura. Y todo esto lo podemos disfrutar gracias a una dirección perfecta por parte de Tim Van Patten. Aunque no haya dirigido nada para la gran pantalla, Van Patten es uno de los mejores directores en la televisión del momento y su currículo lo atestigua. “Juego de tronos” (David Benioff y D.B. Weiss, 2011-presente), “The pacific” (Tim Van Patten, 2010), “The wire” (David Simon, 2002-2008) o “Los Soprano” (David Chase, 1999-2007) son solo unos pocos ejemplos de una carrera ejemplar. Tras pensar largo y tendido sobre los muchos debates que ofrece el episodio, solo me queda una duda: Si este episodio se hubiese estrenado antes de “San Junipero”, ¿generaría tanto entusiasmo como el causado el año pasado por dicho capítulo?

5. Cabeza de metal La fugitiva

Tras el entusiasmo generado por “Cuelguen al DJ” llega una decepción: “Cabeza de metal”. Pero antes de hablar de ella me gustaría matizar esta decepción. En ningún caso, ni en este, ni en “Cocodrilo”, ni en “USS Callister”, podemos hablar de una decepción ni en su valor cinematográfico, ni narrativo, ni tan siquiera en el interés o entretenimiento que suscite. Hablo de decepción porque, tras 3 temporadas, Brooker nos tiene acostumbrado a que en cada episodio encontremos un profundo trasfondo más o menos pesimista que, si no las vemos, nos sentimos defraudados. En “Cabeza de metal” tenemos el primer episodio de la serie rodado en un estupendo blanco y negro y que nos plantea, por primera vez, un futuro postapocalíptico. Propuestas nuevas que son, como siempre, muy bien acogidas en el mundo de «Black Mirror» pero que, al ver que se trata de episodio más vacío de contenido hasta la fecha, no evite un sentimiento de desilusión. “Cabeza de metal” nos cuenta la persecución de un robot a una mujer. Un cruce entre “Terminator” (James Cameron, 1984) y “El fugitivo” (Andrew Davis, 1993) de gran intensidad desde el primer minuto hasta el último demostrando una muy buena construcción narrativa pero que no nos cuenta nada más allá. Nuevamente, que el perseguidor sea un robot parece ser la excusa para que entre como episodio de «Black Mirror».

6. Museo negro La neurociencia multiusos

El nombre en inglés del episodio, “Black Museum”, ya pronostica por donde van los tiros. En este capitulo, Brooker pone un lazo a la serie englobándola dentro del mismo universo en un ejercicio de nostalgia altamente efectivo. Una vez pasamos el subidón que provoca ver que todo encaja, nos queda un genial episodio de terror dividido en tres historias como si de un especial de Halloween de “Los Simpsons” (Matt Groening, 1989-presente) se tratase. Tres tramas que nacen explícitamente de los avances tecnológicos ya desarrollados en “San Junipero” sin sonar a refrito como en otros casos de esta temporada. Tres propuestas que hablan del miedo a la muerte, de las adicciones, de las relaciones de pareja o de la intimidad. Cada historia es más desasosegante que la anterior culminando en una tercera demasiado rebuscada y horripilante. Es una pena que las dos primeras historias, siendo tan buenas, se vean ensombrecidas por compartir metraje con un final flojo por lo grotesco y enrevesado de su trama. “Museo negro” es una apuesta arriesgada muy bien dirigida y mejor interpretada que va a dividir al público. El terror gore entra de sopetón en el mundo de «Black Mirror» y no es un cine para todos los gustos.

Para finalizar, vuelvo a proponer un orden alternativo del visionado de los episodios como ya hicimos con la temporada 3 para evitar altibajos y que la sorpresa de un buen capítulo no manche en exceso la mediocridad del siguiente:

  1. Cabeza de metal
  2. Cocodrilo
  3. USS Callister
  4. Arkangel
  5. Museo negro
  6. Cuelguen al DJ

Tráiler de “Black Mirror” 4ª temporada :

Por Pablo Lujan

Doctor en Biología Celular por la Universidad de Heidelberg. Compagino la ciencia con mi otra gran pasión: el Cine.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.