Mar. Mar 19th, 2024
Bruce Miller (Los 100) es el creador, guionista y productor ejecutivo de esta adaptación televisiva de la novela de 1985

La novela homónima de la escritora canadiense Margaret Atwood escrita en 1985 fue objeto de una adaptación cinematográfica realizada por el cineasta alemán Volker Schlöndorff, con la ayuda del gran escritor Harold Pinter que ejerció de guionista. Por supuesto, contó con un reparto de lujo encabezado por Natasha Richardson en el papel de Defred, Faye Dunaway como Serena Joy, y Robert Duvall como el comandante Fred. Pero esta no será nuestro objeto de análisis. El pasado mes de abril, el canal digital estadounidense Hulu ha producido con MGM una nueva adaptación que ahora podéis ver en España en el canal HBO. La serie está protagonizada por Elisabeth Moss (Mad Men), Joseph Fiennes (American Horror Story: Asylum, Shakespeare in Love), Samira Wiley (Orange is the New Black), Max Minghella (The Mindy Project), Yvonne Strahovski (Chuck, Dexter), O.T. Fagbenle (The Five), Alexis Bledel (Gilmore Girls), Madeline Brewer (Orange is the New Black) y Ann Dowd (Compliance, The Leftovers).

Adaptación de la novela de Margaret Atwood, THE HANDMAID’S TALE es el relato de la vida en la distopía Gilead

Bendito sea el fruto

Esta serie de ciencia-ficción de diez capítulos nos plantea un espeluznante y aterrador futuro distópico que encuentra su principal referente en la magna obra del escritor George Orwell «1984». “El cuento de la criada” nos describe como en Estados Unidos tiene lugar un giro político conservador totalmente radical, llega a tal extremo que pasa a llamarse la República de Gilead. Se convierte en un estado teocrático y totalitario dirigido exclusivamente por los hombres, donde se implanta una religión de tintes cristianos. Este cambio radical es debido a que la tasa de fertilidad en el planeta se ha visto reducida drásticamente. La sociedad se divide en un sistema severo de castas que afecta tanto a hombres como mujeres. El primer escalafón social lo ostentan los comandantes. Estos tienen el poder absoluto, porque la sociedad se rige por sus decisiones, y son los que han implementado el sistema. En un segundo nivel, tenemos a los ojos, que se encargan de mantener la seguridad, son una suerte de policía. Finalmente quedan los hombres libres, que pueden seguir con sus trabajos ordinarios pero sujetos a la religión imperante.

Por debajo de los hombres tenemos a las mujeres. En la parte alta tenemos a las Tías, su función es mantener el orden, aplicar el código de conducta y el adoctrinamiento. Por debajo están las esposas de los comandantes. Siguiendo la línea descendente nos encontramos con las criadas, que son las únicas mujeres fértiles, y tras pasar por un severo proceso de adoctrinamiento se convierten en las concubinas de las parejas que quieren tener hijos y no pueden. Sus dos labores en el seno del hogar son hacer la compra y traer hijos a la familia. Y finalmente tenemos a las Mazdas. Estas se encargan de tener a punto el hogar, es el auténtico personal de servicio.

HBO España ha adquirido los derechos para el estreno en nuestro país de esta nueva serie basada en la novela de Margaret Atwood (Premio Príncipe de Asturias 2008).

El destino biológico versus el amor

Esta podría ser una síntesis del punto de partida de esta magnífica y espeluznante serie. Es un relato sumamente aterrador. El espectador buceará en los terrores más profundos de nuestra sociedad. Descubrirá lo horrible que puede ser una sociedad donde los varones tengan el poder absoluto. Cómo sería una sociedad machista extrema, donde la diversidad no es tolerada. Donde el sexo como objeto de placer y diversión está prohibido. Donde la reproducción se convierte en el fin último. Una sociedad donde los hombres controlan cada aspecto de las vidas de las mujeres y las anulan por completo. Lo verdaderamente espeluznante es lo castradora que puede ser una sociedad machista llevada a las últimas consecuencias. Eso queda claramente simbolizado en el proceso de la ceremonia, solo el hombre obtiene placer por el mero hecho de tener un orgasmo. Lo sádico y perverso de la propuesta es que ninguna de las mujeres tiene una vida sexual satisfactoria. Ninguna de ellas obtiene placer en el acto reproductivo. En el caso de la criada porque es sometida a una violación consentida, y en el caso de la esposa del comandante porque no es penetrada. También se aprecia en la consideración de que todos los hombres son fértiles y son las mujeres las que poseen el problema.  O en el simple hecho que las criadas y las mazdas pierden su nombre. Las criadas son una posesión, un objeto, por eso su nombre es un patronímico que sigue la fórmula “De” más el nombre del comandante, designado de esta manera su filiación y pertenencia. Así nuestra protagonista, que realmente se llama June, al llegar a la casa pasa a llamarse Defred.

Los guionistas son sumamente inteligentes y crean un relato profundamente reivindicativo, de clara vocación feminista. Además, nos avisan que los cambios sociales son sutiles. Alertan al espectador de que si estuvieran en el lugar del personaje protagonista tampoco vería venir estas modificaciones sociales por el simple hecho de estar inmerso en la sociedad. Estos tienen lugar de manera sutil y paulatina, y lo verdaderamente terrorífico es que cuando quieres darte cuenta ya es sumamente tarde. Es aquí donde este relato de ciencia ficción se entronca con otros clásicos del género como “La invasión de los ladrones de cuerpo”, porque los humanos se dan cuenta tarde que todo ha cambiado y estos se han hecho con el poder.

Al igual que en el clásico de Orwell, esto se consigue prohibiendo la lectura y controlando el lenguaje, prohibiendo el uso de determinados vocablos. Baste recordar los preceptos de la neolengua en «1984», por ejemplo no existe la mentira, se habla de la no verdad. En el caso del relato creado por Atwood no se puede decir lesbiana sino “traidora al género”.

La serie está protagonizada por Elisabeth Moss (Mad Men), Joseph Fiennes (American Horror Story: Asylum, Shakespeare in Love), Samira Wiley (Orange is the New Black), Max Minghella (The Mindy Project)

Con su mirada

Muy interesante es el esfuerzo de los guionistas por introducirnos en lo más profundo de la psique de la protagonista del relato. Por un lado, hacen un uso brillante del recurso de la voz en off, que nos adentra en los pensamientos más profundos de la protagonista y no sobrescribe la acción en ningún momento. En segundo lugar, hacen una sabia elección de temas musicales que ilustran el estado de ánimo de Defred. Así escucharemos temas como “Don’t you forget about me” de los Sijmple Minds, o “Perpetuum Mobile” de la Penguin Café Orchestra o “Nothing’s Gonna Hurt You baby” del grupo Cigarretes After Sex.  Brillante es la barroca banda sonora creada por Adam Taylor que contrasta con la luminosa fotografía, generando un universo terrorífico.

El soberbio diseño de vestuario define claramente el sistema de castas. Las mujeres infértiles visten en tonos verdes, que simboliza la esperanza de ser madre. Las criadas visten de rojo, que simboliza la reproducción, la fertilidad, el poder de la carne. Las mazdas visten de color gris, que simboliza la indefinición, carecen de personalidad o poder.  Los comandantes visten con trajes clásicos, que simbolizan la ley y el poder. Y los ojos visten de negro, son el lado oscuro y perverso de esta sociedad.

En cuanto a los aspectos narrativos hay que poner de relieve que existe un código común entre los distintos realizadores de la serie (Reed Morano, Mike Barker, Kate Dennis, Floria Sigismondi y Kari Skogland). Independientemente quien dirija el episodio, los movimientos de cámara y los encuadres responden a un código común. Esto se aprecia en los planos cenitales para remarcar la belleza de las mujeres fértiles o a crear momentos sumamente turbios como las lapidaciones.

Estamos ante una de las mejores series estrenadas este año, esperamos que el próximo mes de septiembre obtenga diversos premios Emmy. Deseamos fervientemente ver nuevos capítulos, porque sus creadores han abierto muchos caminos que merecen la pena ser explorados. Es una serie que ha llegado en un momento oportuno, donde en Estados Unidos se ha visto asolada por una corriente sumamente conservadora, de ahí el enorme éxito que ha tenido esta primavera con la llegada de la política rancia de Donald Trump, que contrasta con el discurso valiente de esta distopia, que busca alertarnos de esta ficción cualquier día de estos se puede convertir en una realidad. Por ese motivo, Bruce Miller, creador de la serie, y todo el conjunto de guionistas de la serie han hecho los cambios oportunos en el relato de Atwood para abrir la línea argumental a una segunda temporada y seguir haciendo una crítica feroz al conservadurismo rancio estadounidense.

Por Alfredo Manteca

Periodismo UCM. Cinéfilo y cinefago compulsivo. Crecí con Kubrick, Hitchcock y Cronenberg.

Un comentario en «“El cuento de la doncella”: maternidad manufacturada»
  1. Las mujeres siempre hemos sido las grandes perseguidas y represaliadas de este planeta. Por que ha sido así en todos los Continentes. Sin embargo somos las mas duras, sensibles, trabajadoras, humildes y luchadoras al cien por mil. En ese mundo hipotético creado por y para los hombres. En este caso para los ricos y poderosos, ya que el resto no parecía importar demasiado. Como decía, en esa sociedad donde la mujer subyugada se convierte en el verdugo de la propia mujer, en lugar de unirse y rebelarse contra la dictadura machista. A lo largo de la Historia Universal hemos leído como los grandes holocaustos se han producido a través de la manipulación individual del colectivo que iba a ser sometido. El «Cuento….» se puede convertir en realidad si se dan los parámetros que plantea el libro. Deberemos estar ojo avizor no dejar que nos aletarguen, nos manipulen y nos duerman los grandes depredadores de la «Humanidad». Ergo las grandes fortunas que son las que se nutren de nuestro sudor y dolor.

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