Mar. Mar 19th, 2024

“Hannibal” insospechadamente en nuestro país posee muchos adeptos, y no comprendemos el motivo. Por eso analizamos este fenómeno televisivo de dos temporadas.

Esta serie de televisión es una suerte de precuela, porque toma los personajes que aparecen en la novela “El dragón rojo” de Thomas Harris, para acabar construyendo una línea dramática paralela al universo creado por el novelista norteamericano. El responsable de este trabajo realmente mediocre es Bryan Fuller, creador de la serie “Criando malvas” o “Tan muertos como yo”.

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Will Graham es un asesor del FBI, y que trabaja mano a mano con Jack Crawford. Aparte de asesorar a los forenses instruye a los nuevos cadetes de la academia del FBI donde imparte ciencias de la conducta. Graham posee mucha intuición, y una gran capacidad de empatía, eso le sirve para poder entender los motivos que lleva a los asesinos a matar y la forma en que los ejecuta. En uno de los casos conocerán al psiquiatra Hannibal Lecter, porque el sospechoso es uno de sus pacientes. Lecter quedará atrapado por la extraña personalidad del asesor del FBI y entre ellos surgirá una curiosa e inquietante amistad.

Los derechos de la saga literaria están en manos de la familia De Laurentiis, y por eso son los productores ejecutivos de este inmenso desastre. La trama de las dos temporadas es una extraña mezcla de temas sacados de la tetralogía creada por Harris. Sus guionistas han creado un despropósito de colosales dimensiones. Sólo se salva la recreación que hacen del personaje de Graham, es tal y como lo retrata Harris en “El dragón rojo”. Está muy bien realizado cómo se sumerge psicológicamente en las escenas de los crímenes para reconstruirlos.

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Pero no podemos decir lo mismo del carismático asesino Hannibal Lecter. Destruyen por completo su arrolladora personalidad, así como sus motivaciones para cometer los delitos. Si el televidente ha visto los largometrajes “El dragón rojo”, “El silencio de los corderos” o “Hannibal” sabrán que el famoso psiquiatra mata a sus víctimas para eliminar de la sociedad los individuos que son rudos, maleducados (Paul Krendler), que carecen de modales (Miggs) o que simplemente no saben estar, de personalidad molesta (Raspail), son burócratas vengativos (Chilton) o no saben comportarse en un momento dado. Sólo mata a dos policías por supervivencia para poder huir. Tras el visionado de las dos temporadas apreciamos que no carece de leit-motive, que sólo comparte con su homólogo cinematográfico y literario su pasión por la cocina. Es ese, sin albergar la más mínima duda, el único punto donde se recrean los guionistas de la serie.

Todo aquel que haya leído las novelas o que haya visto sus adaptaciones cinematográficas sabe que Lecter escribía un libro de cocina, montaba grandes banquetes con sus víctimas y a veces las recetas las sacaba del “Gourmet Magazine”. Esa es otra de las pequeñas libertades que se han tomado sus creadores.

En cuanto a las relaciones entre Lecter y los personajes que les rodea también se han olvidado por completo del análisis transaccional. Se trata del sistema de psicoterapia individual y social que se engloba dentro de la psicología humanista. Fue originado por el psiquiatra Eric Berne en los años 60 en Estados Unidos. Y los guionistas a la hora de construir sus diálogos se han olvidado por completo de este pequeño asunto, y que es muy importante, porque Harris construyo su tetralogía literaria como muestra de la aplicación práctica de la escuela de Berne. De ahí que el televidente no escuche en ningún momento diálogos tan memorables como: “Uno del censo intentó hacerme una encuesta. Me comí su hígado acompañado de habas y un buen Chianti (tzstzstzstzstzs)”.

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De los asesinatos mejor no hablar. La construcción parece de ciencia-ficción, sin ir más lejos el que comete Tobias Budge (el chello humano), la disección en metacrilato de Beverly Katz o el árbol humano. Son inverosímiles y pura fantasía. Los guionistas intentan darle un toque artístico, pero se pasan de la raya de la cordura y de la inteligencia del televidente. Además, no acabamos de entender si estás creando un mundo paralelo, por qué ese incesante intento de evocar lugares, como el psiquiátrico de Chilton. Es un sin sentido más. Esos guiños pueden llegar a irritar a los fieles seguidores de las novelas y de las películas. Es la pedantería hecha televisión, sólo buscan momentos muy afectados con eternos diálogos ridiculos y asesinatos que son pura imaginación.

Eso sí, la serie cuenta con un elenco de directores exquisito: David Slade, Peter Medak, Vincenzo Natali , James Foley o John Dahl. Del reparto hay que destacar a Hugh Dancy que da vida a Will Graham. En cuanto a Mads Mikkelsen que da vida al doctor Lecter, mejor olvidarle. Su personaje está en las antípodas del maravilloso trabajo de Sir Anthony Hopkins. No posee ni una brizna de carisma. La labor de Laurence Fishburne haciendo de Jack Crawford roza lo lamentable en algunos momentos, y lo patético en otros, sobre todo cuando el director de vestuario le coloca ese sombrero que le sienta como un tiro en el hígado. Y una vez más estamos ante otro nuevo caso de discriminación positiva, porque os recordamos que Crawford es de raza blanca, tanto en el libro como en “El silencio de los corderos”. Con quien hay que hacer justicia es con los actores Gillian Anderson y Raúl Esparza que dan vida a los psiquiatras Dr. Bedelia Du Maurier y Dr. Frederick Chilton, respectivamente. Están geniales.

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Uno finaliza el visionado de las dos temporadas por un ataque de terquedad más que por el interés que despierte el contenido. Teóricamente está programada una tercera temporada según IMDB, pero no creo que tenga la paciencia de verla si la llevan a cabo.

Por Alfredo Manteca

Periodismo UCM. Cinéfilo y cinefago compulsivo. Crecí con Kubrick, Hitchcock y Cronenberg.

6 comentarios en «“Hannibal”: la pedantería en la televisión»
  1. «En cuanto a Mads Mikkelsen que da vida al doctor Lecter, mejor olvidarle. Su personaje está en las antípodas del maravilloso trabajo de Sir Anthony Hopkins. No posee ni una brizna de carisma.»

    Mi opinión es diametralmente opuesta a la de usted en casi todo lo que escribe aquí. De niño, cuándo me toco ver «El Silencio de los Inocentes » me pareció una película interesantísima, con un personaje como Hannibal Lecter que a pesar de ser un asesino caníbal, lograba parecerme muy atrayente y carismático, uno casi podía entender o incluso justificar sus acciones. Sin embargo con el paso del tiempo dicha película me parece cada vez más sosa, sensación que ha ido en aumento desde que me tope con la serie de televisión. No quiero extenderme demasiado, asi que solo dire que la labor de Madds Mikkelsen me parece estupenda y – en mi opinión por supuesto- se aleja de una manera afortunada del amaneramiento típico de Hopkins, logrando un personaje mucho mas carismático y redondo. En este sentido, efectivamente creo que el trabajo de Mikkelsen «está en las antípodas» de su antecesor.

  2. Mikkelsen creo que le haré una visita porque he pensado hacer sus entresijos al jeréz porque su comentario me ha resultado fuera de tono y ciertamente maleducado.
    Víctor, considero que los guiones de Ted Tally y David Mamet están a años luz de los planteados por el equipo de la serie que se quedan en el gore simplón, y no le dan una dimensión humana con la que el espectador pueda empatizar mínimamente. Eso por no hablar de que mata sin motivación alguna, y carece de sentido la trampa que le tiende a Will.

  3. Me han facinado las novelas de Harris como la adaptación de Silence of the Lambs y su precuela Red Dragon, y me ha gustado la nueva adaptación «dandy» del personaje que nos mostró Mikkelsen, la forma en cómo han mostrado esa «super-habilidad» de Will para recrear en su mente los crímenes parece un poco exagerada pero es emocionante como la desarrollaron en la serie y ver la historia del 1er caso de Graham fué emocionante pero…
    Ciertamente me pareció una serie floja en sus 3 temporadas y entiendo que es una adaptación LIBRE pero creo que se perdió la escencia de las novelas completamente. Poco me ha gustado el drástico giro argumental inconsistente y los ridículos volantazos de trama para después querer justificar pobremente la absurda conexión de la historia. Un Will Graham sumido en sus fantasías y lamentos (a veces parece la serie de Graham y no del Dr Lecter). Sin mencionar el giro homoerótico de su trama al final de la 3ra T. que parecía una respuesta al absurdo pedido de fans del yaoi.
    No sé, quiza visualmente es una maravilla, la música ambiental de suspenso te atrapa, las fantasías simbólicas tipo David Linch pasan (aunque a veces exageran su uso), la serie no me ha convencido por su la falta de una tensión y coherencia en el guión durante varios capítulos y algunos personajes secundarios (algunos hasta algo odiosos) que simplemente no le aportan nada a una trama que parece que fue escrita en varios pedazos por distintos escritores y jamas se pudo ensamblar correctamente.
    Pudo haber sido grande pero creo que los escritores fueron demasiado creativos y en un intento de huir de su trama original para que su trabajo no sea acusado de «nada inovador» se fueron de largo y llegaron al mar de lo incoherente.
    Me gustan las historias detectivescas y más sobre asesinos en serie como la historia del Dr. Hannibal, pero Hannibal la serie no lo logra para ser de las buenas, por algo la 4ta temporada fué cancelada debido a su bajo rating.

  4. me parece muy extrema tu critica, de hecho cabe mencionar que la linea de tiempo es la pre-cuela me da la sensación que tienes una idea vaga acerca de lo que la personalidad de Hannibal. para mi esta serie es una obra de arte, ver desde el inicio el enfoque psicológico, lo que cuesta transmitir esas senciones entre coerencia, jutificacion, incorrecto pero apetitoso… la serie es una Obra de Arte… la personificación de los actores el compromisio de ellos a la serie es un Arte. La serie te traslada a un mundo diferente, incorrecto, morbido y de arte.

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