Mar. Mar 19th, 2024

La mítica serie de Ibáñez Serrador vuelve a la televisión con un remake que, aparte de caras conocidas y grandes nombres, poco tiene para ofrecer al espectador.

La televisión nacional no volvió a ser la misma en 1966. Narciso Ibáñez Serrador, una de las figuras del terror más importantes de nuestro país, creó la serie antológica «Historias para no dormir«, donde se exploraban particulares premisas que abordaban el suspense, la ciencia-ficción y lo sobrenatural. Su impacto todavía reverbera en el mundo catódico, y como prueba de ello es una tardía tercera temporada emitida en 1982 y una secuela espiritual de 2005 llamada «Películas para no dormir«.

Por ello no debería extrañarnos que recientemente haya llegado a la plataforma Prime Video este remake, formado por cuatro capítulos dirigidos por nombres de la talla de Rodrigo Sorogoyen, Paula Ortiz, Paco Plaza y Rodrigo Cortés. ¿Es una actualización justificada de cuatro de los relatos que ya pudimos ver en la serie original? Más bien es un simple lavado de cara, que tiene buenas intenciones y un reparto entregado, pero no sabe aprovechar del todo sus premisas, cayendo en lugares demasiado comunes para el espectador familiarizado con el género.

«El doble», de Rodrigo Sorogoyen

Año 2045. Dani () atraviesa un mal momento con Eva (). En un intento de salvar su relación toma la decisión de adquirir un doble que cubra su ausencia cuando lo necesite. Los acontecimientos les obligarán a replantear la esencia de su identidad como pareja, empezado a sospechar. Recelosa, empieza a seguir y observar a David, que se muestra un tanto extraño.

Partiendo de una base distópica, «El doble» se desarrolla como un anodino relato de clones, reemplazos que se cuelan en la vida de los protagonistas sin que uno de ellos lo sepa. Es un punto de partida que ya hemos visto desarrollarse de docenas de maneras diferentes y la que propone el director de «Antidisturbios» no es precisamente novedosa. Integra en la narración el condenado coronavirus, algo que puede echar para atrás a cualquiera que le haya dado una oportunidad a esta serie con el propósito de evadirse de la realidad. La puesta en escena y la planificación sí que son muy fieles a lo que suele hacer Sorogoyen, con suaves acercamientos de cámara durante los diálogos evitando el corte, una fotografía naturalista y sobretodo asombrosos planos secuencia que integran a la perfección los VFX.

Donde sí que destaca el capítulo es en sus actores. Tanto David Verdaguer como Vicky Luengo están perfectamente creíbles en sus respectivos papeles y desprenden la química necesaria para una historia así. Pero por desgracia eso no basta para levantar un primer capítulo que se alarga innecesariamente y plantea conceptos prometedores que no van demasiado lejos.

«Freddy» de Paco Plaza

André () es un pésimo actor a punto de perder su trabajo interpretando a un ventrílocuo. Por consejo de Chicho Ibáñez Serrador (Carlos Santos), comienza a trabajar con un misterioso muñeco que le ayuda a deshacerse de sus inseguridades. Su llegada coincide con macabros sucesos que llevan al rodaje a un punto sin retorno.

Quizás sea por su clara intención de homenajear a Chicho, o por su clara autoconsciencia, pero Paco Plaza firma el mejor episodio de todos. Al igual que en «El doble«, historias sobre muñecos poseídos hemos visto muchas, pero aquí se sabe aprovechar su concepto desde el inicio con un protagonista tremendamente inseguro que, poco a poco, encontrará en Freddy su compañero de fechorías. El carisma del muñeco en cuestión es arrollador y cuenta con frases cargadas de acidez y humor negro, lo que aligera un poco el peso del relato y hace que este pequeño slasher sea muy ameno.

Además, el estar ambientado en un set de rodaje le otorga una atmósfera bastante particular, además de una retahíla de secundarios con cierto carisma que dan mayor ritmo al capítulo y juegan con el misterio de lo que está ocurriendo entre bambalinas.

«El asfalto» de Paula Ortiz

Baldo (Dani Rovira) vive una pesadilla cuando incomprensiblemente se queda atrapado en el asfalto. Sus llamadas de auxilio recibirán incredulidad y pasividad como respuesta. Entre el asombro y la desesperación, Baldo se hunde centímetro a centímetro sin que nada ni nadie le ayude.

Lo que podría ser un episodio angustioso y pesadillesco, se queda en algo que nunca termina de despegar. Si bien Dani Rovira sabe aguantar por sí solo el peso dramático de toda esta historia, su personaje se toma la extraña situación en la que vive con demasiada tranquilidad. No es hasta el último tramo del capítulo cuando empieza la desesperación de algo que, por sí mismo, es realmente aterrador.

Si bien el guión escrito por Rodrigo Cortés y Manuel Jabois juega con la pasividad de los testigos de lo que le está ocurriendo a Baldo, quizás en un intento de poner nervioso al espectador, no resulta suficiente para evitar la sensación de que estamos ante una oportunidad perdida.

«La broma» de Rodrigo Cortés

Alberto (Eduard Fernández) es un empresario de éxito, bromista y fanfarrón. Su mujer, Elena (Nathalie Poza), le engaña con Javier (Raúl Arévalo), su más servicial empleado, y planean asesinarle. Pero Alberto lo ha previsto y organiza su última broma.

A pesar de que Rodrigo Cortés sabe arrancar con fuerza este episodio, con una breve secuencia de presentación de Alberto, un tipo tan bromista con sus empleados que rápidamente resulta molesto, poco a poco el relato se pierde en sí mismo con una progresión demasiado anodina. La estilosa fotografía y bien calculada puesta en escena están a la altura de las circunstancias, y todo ello sumado al estupendo trabajo de su trío de protagonistas consiguen que «La broma» sea un capítulo interesante la mayor parte del tiempo, pero no especialmente notable. Tirar con demasiada facilidad de algunas «americanadas» le restan credibilidad y manchan su potente clímax.

En resumidas cuentas, estamos ante un remake que nos demuestra que no basta con tener medios y un elenco en estado de gracia para quedarse en la memoria colectiva. A esta «Historias para no dormir» le falta un extra de cariño y de corazón, pero eso tampoco es nada fácil de transmitir.

Trailer de «Historias para no dormir»:

Por Imanol De Frutos

Graduado en ESCAC y montador de profesión. Siempre hambriento de ficción.

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