Llega de la mano de Filmin a nuestro país, la adaptación de la novela de Susanna Clarke «Jonathan Strange y el Señor Norrell», un fabuloso cuento de hadas y magia para adultos, que ha sabido recoger la herencia tradicional británica.
En la mejor tradición de la BBC
La serie, centrada en la Inglaterra en guerra con la Francia de Napoleón nos muestra un país en el que la antigua magia no es más que un recuerdo para estudiosos y teóricos y el intento de dos magos de devolverla a su antiguo esplendor, una lectura metafórica tal vez, de la situación de la Inglaterra actual que no ha sabido adaptarse a los tiempos modernos y sigue viviendo de su glorioso y mitificado pasado. Estos dos magos son el Señor Norrell, que tiene una visión práctica y utilitarista de la magia y Jonathan Strange un idealista que considera que la magia es necesaria por sí misma. La primera temporada, que consta de siete episodios, es un camino iniciático por la magia y el submundo que esta abre, en la que la rivalidad entre ambos magos y su lucha de egos y de visiones es la trama principal, nos mostrará un mundo oscuro, ominoso, con personajes muy bien construidos, con pinceladas de humor ligero y una clásica historia orféica, como detonante narrativo.
La trama, de la que se han eliminado personajes y subtramas del libro en esta adaptación, nos lleva ante el comentado viaje orféico en el que por traer a una mujer de entre los muertos se ha de pagar un precio que traerá funestas consecuencias. Este precio lo acabarán pagando los dos magos protagonistas, dos soberbios Eddie Marsan y Bertie Carvel como el Señor Norrell como Jonathan Strange respectivamente, de diferentes maneras siendo la principal la invocación del Caballero, el Rey de Esperanza Perdido, el reino de las Hadas, interpretado por Marc Warren en un papel que bebe mucho del David Bowie de Dentro del Laberinto. Entre medias yace la ominosa y extraña presencia del rey Cuervo o John Uskglass, antiguo rey de Inglaterra y del Mundo de las Hadas, una presencia profética que se deberá invocar para restablecer el estatus quo inicial y que nos acabará llevando al clímax de esta primera temporada.
«Jonathan Strange y el Señor Norrell» es una serie típicamente británica. Clásica en su narrativa, con los toques característicos de una adaptación histórica de las que tan acostumbrados estamos, en la que la magia entra con fuerza desde el primer episodio, convirtiéndose en un personaje más gracias a unos muy buenos efectos especiales que nos meten en la historia de lleno, en vez de sacarnos de ella, como a veces pasa con estas producciones. La atmósfera está realmente muy bien conseguida, y captura perfectamente la esencia del mundo propuesto por Susanna Clarke, su creadora, gracias a la gran labor de guión de Peter Harness y a un estupendo diseño de producción. Por otro lado, pese a la aparición de innumerables personajes, estos quedan muy bien definidos y cada uno desempeña perfectamete su papel, recayendo el principal peso narrativo en la dialoguización y en el trabajo de guión, sin caer en el efectismo del CGI o en tramas superexplicativas o en el resumen del libro.
En definitiva, la propuesta que nos trae Filmin, reconocida por el British Film Institute como uno de los diez programas de televisión más importantes de 2015, pese a que llega con cierto retraso no deja de ser interesantísima. No tanto por su originalidad o por su trama frenética, sino por su aroma de serie clásica, atemporal, bien construida, con una trama que va creciendo en cada episodio y con unos personajes icónicos y muy bien construidos y caracterizados. Una serie ideal para degustar y para poder ir ahondando en todas las referencias de folklore y de tradición que están diseminadas en cada episodio. Ideal para los amantes de la fantasía y de los mundos feéricos.