Netflix ha estrenado en todo el mundo esta nueva producción original que explora diversos problemas de la juevntud actual buscando crear un marco para la reflexión colectiva.
La actriz y cantante Selena Gomez tras el fallido intento de adaptar el éxito de ventas “13 reasons why” firmado por Jay Asher a la gran pantalla bajo el auspicio de la gran productora Universal Pictures, lo consigue gracias a Netflix donde ha encontrado la libertad creativa para poder llevarla a cabo. Lo cierto es que un producto de estas características es inconcebible dentro del marco de las actuales mayors. “Por trece razones” nos cuenta la historia del adolescente Clay Jensen (Dylan Minnette), que vuelve a casa después del instituto y encuentra una misteriosa caja con su nombre. Dentro encuentra un plano y siete cintas grabadas por Hannah Baker (Katherine Langford), una compañera de clase por la que siente algo especial y que se suicidó hace dos semanas. De tal forma que a medida que Clay vaya escuchando a Hanna, a la vez irá recorriendo los sitios donde tuvieron lugar determinados sucesos que marcaron su fatal desenlace. Así poco a poco irá descubriendo las trece razones por las que ha decidido quitarse la vida.
Los encargados de narrarnos los últimos días de la joven Hanna Baker son realizadores de la escena independiente de Hollywood y sumamente comprometidos con el movimiento LGTBQ, como por ejemplo: Gregg Araki, Kyle Patrick Alvarez, Tom McCarthy, Carl Franklin, Helen Shaver o Jessica Yu.
Un coctel letal: rumores y hormonas
En EEUU, al igual que en España, la vida en el Instituto puede ser divertida o un auténtico infierno. “Por trece razones” está especialmente dirigida al público adolescente, y recomendamos su visionado en compañía de adultos para poder hablar posteriormente de los distintos problemas que suscita el argumento. Esta nueva producción de Netflix de una sola temporada explora temas tan espinosos como el suicidio, el ciberacoso o la violación.
Este es el primer gran proyecto en el que se embarca Brian Yorkey, creador de la serie. Formalmente es una actualización de la estética y narrativa del cineasta John Hughes. El gran acierto es tratar como personas a los adolescentes a los que va dirigido, por eso la perspectiva es mucho más dramática, haciendo que esta historia sea bastante especial y valiente porque habla de temas que nadie quiere abordar y que son un grave problema de nuestra sociedad actual: El abuso de las redes sociales, el acoso, el sexo no consentido, el machismo, la fama o el trato privilegiado a los deportistas de elite. Los guionistas de la serie exploran de una manera bastante realista los efectos de todos estos problemas sobre la comunidad de estudiantes.
Problemas colectivos, soluciones colectivas
Algún espectador podrá pensar, esto es una crítica a la sociedad estadounidense. Cuidado, en nuestro país podemos ver en las páginas de nuestros periódicos casos de adolescentes que se quitan la vida porque han sufrido acoso escolar. El ciberacoso es algo novedoso porque está relacionado con las nuevas tecnologías y dispositivos. Lo terrible es que el adolescente que lo padece es atacado por mucha gente al mismo tiempo que se esconden detrás de las pantallas de sus ordenadores o dispositivos móviles. Los sentimientos se hieren de una manera distinta.
Luego, es un problema más global que particular. Puede que en España nuestros jóvenes no sufran el trato privilegiado de los deportistas, pero hay otros tipos de supremacía. Además, el suicidio es un serio problema de salud, que cada día adquiere más importancia, por ese motivo debe ser abordado y analizado colectivamente para poder ayudar a todos aquellos que se sientan que están en un pozo sin fondo, de ahí la pertinencia de la serie.
Los creadores de “Por trece razones” cargan las tintas sobre las actitudes machistas de algunos jóvenes, que no dudan en cosificar a las chicas de su entorno, que piensan que sólo sirven para recrear su vista o darles placer. El espectador podrá ver con toda crudeza las repercusiones de sus actos. Este problema se ve potenciado por la presión que sufren las niñas en nuestra sociedad por ser las más guapas e inteligentes, necesitando verse atractivas en todo momento.
Una historia compleja y estremecedora
Los guionistas han creado una serie novedosa, elegante e impactante, cuyo principal objetivo es ir más allá del mero entretenimiento. Eso lo consiguen al darle un enfoque sumamente realista, sobre todo en las dos últimas cintas, que son sobrecogedoras y duras. El gran acierto de la serie es que a pesar de que el narrador omnisciente es Hanna, que nos cuenta su versión de los hechos vertebrando todos los capítulos, tanto los guionistas como los diversos realizadores buscan que el espectador se identifique y empatice en todo momento con el personaje de Clay Jensen en su desesperada búsqueda de la verdad. De tal forma que al espectador se le revelarán los hechos a la par que a Clay.
Lo cierto es que los creadores no dan una solución clara al problema. Lo que ponen de manifiesto es que es un problema colectivo, que obviamente requiere un abordaje de la comunidad entera, donde todos los actores están involucrados. De ahí que ahora es momento de visionarla y luego establecer un marco de discusión, que puede ser nuestra web, en casa con vuestros familiares cercanos, o en clase con vuestros amigos, profesores y compañeros de instituto.