Mar. Mar 19th, 2024
Imagen principal "Taboo"

Uno de los platos fuertes del desembarco de HBO en España nos muestra a un Tom Hardy que brilla en su versión más oscura y misteriosa.

Debido al éxito que las plataformas de streaming como Netflix están teniendo en España, era cuestión de tiempo que otras compañías se sumaran al carro. HBO, que cuenta con “Juego de Tronos” como máximo aval, ha tardado poco tiempo en ofrecernos grandes contenidos desde su llegada a España. “The Young Pope”, la serie dirigida por Paolo Sorrentino, director de obras como La gran belleza” (2013) o La juventud (2015), fue la primera, y el posible siguiente ejemplo que continúa esta tendencia es “Taboo”. Se trata de un proyecto creado por el propio Hardy, el padre de éste, Edward “Chips” Hardy, y el director y guionista Steven Knight. Para dar más prestigio al proyecto, el gran Ridley Scott colabora en el mismo como productor ejecutivo. También supone la tercera colaboración de Hardy con el propio Knight, quien ya dirigió al primero en la película Locke (2013) y en la serie Peaky Blinders.

Un legado envenenado

“Taboo” está ambientada a principios del S. XIX, y comienza con el retorno de James Keziah Delaney (Tom Hardy) a Inglaterra después de haber pasado los últimos años en África. Retorna al Reino Unido para reclamar la herencia de su padre. James tendrá que luchar contra todo y todos para conservar ese legado.

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Al ver los primeros instantes del capítulo inicial, puede llegar a dar la impresión de que nos encontramos ante una serie más de época en las islas británicas. Pero lo cierto es que conforme van avanzando los minutos está impresión desaparece casi por completo. Es cierto que las instituciones reales tienen una presencia en “Taboo”, pero la ambientación y el concepto de la misma son muy distintos con respecto a productos similares como “Los Tudor” o la reciente “The Crown”. Se trata de una historia que combina lo bueno de este tipo de producciones con un toque claramente moderno en el que todo tiene cabida, y que afecta a los personajes de todas las formas posibles.

La esencia de “Taboo” nos llega a recordar a “Juego de Tronos”, en lo que se refiere a las intrigas palaciegas y a la lucha entre varios bandos por algo en concreto. Pero a diferencia de la premiadísima serie, en la que todos los lados están más o menos al mismo nivel, en nuestro caso, hay alguien que parece jugar con todos y estar siempre un paso por delante. Y es el personaje de James Delaney el que juega ese papel.

Todo gira alrededor de Hardy

Todo lo que ocurre en “Taboo” está alrededor de una figura: la de Tom Hardy. No sólo tiene una fuerte presencia detrás de las cámaras, sino que delante de ella transmite un magnetismo que hace que no le puedas quitar el ojo cuando está en pantalla. Da toda una lección de hermetismo emocional al combinar la fuerte personalidad de James con la fragilidad que muestra especialmente en las pesadillas que sufre por lo sucedido en su etapa en África. Se podría decir que es un hombre con una voluntad aparentemente inquebrantable pero que en el fondo puede ser tan vulnerable como cualquier otro ser humano.

Imagen "Taboo"

Ese punto misterioso que tiende a veces a la oscuridad nos hace recordar al Bane que interpretó en “Batman: El caballero oscuro. La leyenda renace” (Christopher Nolan, 2012). En el caso que nos ocupa todo sucede alrededor de él: las intrigas políticas, las historias personales, en todo él marca la pauta. Y todo esto lo hace con una puesta en escena brutal que se mantiene en todos los episodios. En este punto nos recuerda a sus roles en “Bronson” (Nicolas Winding Refn, 2008) o El Renacido (Alejandro González Iñárritu, 2015).

Aunque el peso casi total de “Taboo” recae sobre los hombros de Hardy, su actuación se vería menos realzada si el resto de los personajes no le dieran la réplica que corresponde. Esta “respuesta” se la dan por ejemplo David Hayman, Jessie Buckley, en algunos momentos Jonathan Pryce o una Oona Chaplin quien nos demuestra que puede construir su propio legado sin la carga que su apellido conlleva. Todos estos ejemplos pueden funcionar mejor o peor en solitario, pero ganan en fuerza cuando Hardy aparece en escena.

Imagen "Taboo"

A lo largo de sus ocho episodios “Taboo” logra mantener al espectador sin remisión pegado en la silla. Sin embargo, conforme se acerca su final su intensidad baja un poco debido a un desenlace algo previsible y convencional. A pesar de esto, un servidor espera con mucho interés la continuación de las aventuras de Hardy y compañía. “Taboo” no va a revolucionar el panorama seriéfilo pero sí contribuirá positivamente a que HBO se consolide en España como uno de los modelos de streaming a tener en cuenta.

Tráiler oficial de «Taboo»:

Por Daniel López

Periodista aficionado al cine y las series de televisión.

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