Mar. Mar 19th, 2024

El origen de la cultura hip hop transformado en un espectáculo vibrante, sello indiscutible de su impulsor, Baz Luhrman.

11 de agosto de 1973, DJ Kool Herc organiza una fiesta para el cumpleaños de su hermana en el 1520 de Sedgwick Avenue, al sur del Bronx. En los años 70, este distrito de Nueva York estaba casi en ruinas y gobernado por bandas callejeras donde el sexo, las drogas y la violencia era el pan de cada día. Todo adornado con la cultura disco funk de la época que recuerda, y mucho, a “Los amos de la noche” (Walter Hill, 1979). Dicho día, DJ Kool Herc decide compartir con sus amigos los nuevos ritmos en los que había estado trabajando. Mediante 2 tocadiscos, en uno sonaba la parte más rítmica (break) de un tema de James Brown mientras en el otro rebobinaba para que volviera a sonar el mismo break manteniendo el ritmo con el “bombo caja” de la propia canción. Así nace el hip hop. Lejos de mirada de las grandes discográficas y de las discotecas de moda, el movimiento surgió del pueblo y para el pueblo en uno de los barrios más peligrosos de Estados Unidos. Pronto, otros DJ se sumaron a esta cultura en auge donde pinchar discos se convirtió en un arte. En este momento musical histórico, el director Baz Luhrmann, un maestro en convertir en puro espectáculo cualquier movimiento cultural (“Moulin Rouge” (2001), El gran Gatsby (2013)), ha puesto su punto de mira y Netflix la billetera.

El hilo conductor de “The Get Down” es una historia de amor entre Ezequiel (Justice Smith), un chico afrolatino sin aspiraciones en la vida pero con mucho potencial y Mylene (Herizen F. Guardiola), una aspirante a cantante de música disco. Enmarcado en el Bronx de finales de los 70, ambos lucharán por hacer realidad sus sueños. Ezequiel conoce a Shaolin Fantastic (Shameik Moore), un aprendiz de DJ de hip hop con el que forma un grupo junto a sus amigos de infancia mientras se ve forzado a buscar un empleo decente fuera del Bronx mientras que Mylene debe enfrentarse a su estricto y religioso padre (Giancarlo Esposito) para poder hacer su sueño realidad. De estas historias que corren paralelas durante gran parte de la serie, salen diferentes subtramas sobre las discográficas, la mafia o la política que sirve de cemento sobre el que construir una historia sólida mostrando a su vez una imagen clara de la época que retrata.

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Fuegos de artificio

Con un presupuesto de partida de 6,7 millones de euros por episodio, Baz Luhrmann, afamado por salirse siempre del presupuesto, acabó por sangrarle 107 millones (100 millones ha costado la sexta temporada de “Juego de Tronos” (David Benioff y D.B. Weiss, 2011-presente)) a Netflix para rodar 12 capítulos que han decidido sacar en dos tandas de 6, ya que aún no la han terminado. Estos datos son un claro ejemplo del derroche, en todos los sentidos, del cine de Luhrmann. Sin ser una serie con grandes nombres que exijan ingentes sumas de dinero y sin requerir un gran número de extras o de efectos especiales, a simple vista cuesta reconocer donde va a parar tanto dinero. Sin embargo, si nos fijamos un poco más, vemos como tanto la exquisita representación de la época por su diseño de producción y el vestuario como el trepidante montaje que no nos da un solo respiro mediante la sucesión de planos escuetos y rápidos que requieren tanto una larga y detallada planificación como la repetición de una secuencia decenas de veces (o la utilización de varias cámaras simultáneamente), justifican que el dinero no ha sido empleado en vano.

“The Get Down” abre con un episodio de hora y media dirigida por el propio Luhrmann, y se nota. A diferencia de la mayoría de series donde el piloto suele ser una introducción calmada tanto de la trama como de los personajes, en este caso el director australiano firma el episodio más enérgico y alocado dejando entrever una trama que irá solidificando en los episodios posteriores. Como es habitual en su filmografía, Luhrmann nos sube a una montaña rusa en medio de un castillo de fuegos artificiales donde nos abordan sentimientos encontrados. Por un lado nos dejamos llevar embobados por el colorista circo que nos ofrece sintiéndonos como un niño en Disneylandia, pero a su vez queremos que la atracción pare un segundo para poder procesar y disfrutar tranquilamente de la historia que hay detrás de tanta euforia cinematográfica. Personalmente, os invito a disfrutar del espectáculo visual que el director nos ofrece en este episodio y la historia ya la disfrutareis en los capítulos siguientes donde Luhrmann cede la batuta a otros directores con menos ímpetu.

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Amor por la música

La nueva serie de Netflix es una carta de amor a la música donde el disco funk y el hip hop comparten protagonismo y ninguno de ellos es menospreciado a favor del otro en ningún momento. La industria cinematográfica ha escrito muchas odas a la música clásica y contemporánea. Mientras que jazz, pop, rock, heavy metal, country o folk siempre han sido ensalzados por el cine, nunca se mostrado mucho interés por el hip hop, o peor aún, ha sido objeto de mofa o tachado por ser un estilo inferior (“Ali G anda suelto” (Mark Mylod, 2002) o “La era del rock” (Adam Shankman, 2012)). Por eso mismo, la llegada de una serie de este calibre centrada en los orígenes de este estilo urbano un año después de la aclamada Straight Outta Compton (F. Gary Gray, 2015) arroja esperanza sobre un género que siempre ha tenido que pelear su lugar dentro de la música, tal y como se plasma perfectamente en esta serie.

En la realización del guion de “The Get Down” han colaborado grandes nombres de la música como Grandmaster Flash, que también aparece caracterizado en la ficción, Kurtis Blow o Nas, que compuso parte de las letras originales de la serie. Esto garantiza una representación fidedigna de una época donde el hip hop aún bebía fuertemente de la música disco, y que Luhrmann explota para darle colorido a la serie, en lugar de centrarse en una época posterior donde el género está más consolidado como en “Straight Outta Compton”, mucho más serio y oscuro y menos dado al espectáculo. La intención es comprensible al tratarse del director australiano y su obsesión por lo estrambótico, pero en ciertos momentos se pasa de edulcorado con una historia de amor muy “West Side Story” (Robert Wise y Jerome Robbins, 1961) o con el melodrama del joven con potencial desaprovechado por vivir en un barrio problemático y las malas influencias muy del estilo “American History X” (Tony Kaye, 1998). Sin embargo, en aquellos momentos donde la música tiene todo el protagonismo, junto a las subtramas sobre la mafia, la política y las discográficas, “The Get Down” brilla.

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Las nuevas generaciones

En el apartado actoral, la serie tiene sus luces y sus sombras. Como ocurriese en el musical “West Side Story”, los protagonistas son bastante sosos y carentes de carisma a merced de un elenco de secundarios que brillan muy por encima de ellos. El joven Justice Smith interpreta a un hierático Ezequiel que justifica su pasividad al principio pero que es incapaz de sacar su garra rebelde cuando decide tomar las riendas de su vida haciendo caso omiso a lo que diga la gente. El amor de su vida, la latina Mylene, es interpretada por Herizen F. Guardiola. Tiene más fuerza que Natalie Woods en el musical de los 60, pero no es capaz de sobresalir por encima de sus amigas, unas muy carismáticas Stefanée Martin y Shyrley Rodriguez.

Especial mención merece Shameik Moore en el papel de Shaolin Fantastic. Un rebelde que quiere hacerse un nombre como DJ y se hace amigo inseparable de Ezequiel. Moore, que hizo un fantástico trabajo interpretando a un friki pringado en la genial “Dope” (Rick Famuyiwa, 2015), corrobora su talento en un papel muy diferente que resuelve con destreza y gracia. En la serie eclipsa a todos sus compañeros de reparto, a excepción de Jimmy Smits que también borda su papel de Papa Fuerte. A parte de Smits, el otro cabeza de cartel es Giancarlo Esposito que hace de padre de Mylene. Sin embargo, su representación de un padre y pastor religioso y estricto no se diferencia de Gus, el sádico mafioso sin corazón de Breaking Bad(Vince Gilligan, 2008-2013). Por último, el resto de integrantes del grupo de Ezequiel y Shaolin, interpretados por Skylan Brooks, Tremaine Brown Jr. y Jaden Smith cumplen en sus papeles enriqueciendo las divertidas y frescas escenas del grupo en sus sesiones de ensayo.

Los 6 episodios de “The Get Down” que Netflix publicó el pasado 12 de Agosto saben a poco. Tendremos que esperar al próximo año para ver como termina esta primera temporada y esperemos que sea una serie longeva siempre que mantenga el buen nivel que está teniendo. Una vez más Netflix nos ofrece un producto refrescante y de calidad donde el espectáculo y la diversión están aseguradas.

Tráiler de “The Get Down”:

Por Pablo Lujan

Doctor en Biología Celular por la Universidad de Heidelberg. Compagino la ciencia con mi otra gran pasión: el Cine.

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