El lunes ha tenido lugar la gran fiesta de los nominados a los Premios Goya 2014 donde se hizo entrega del Goya de Honor al maestro Jaime de Armiñan.
Toda la gran familia del cine español se ha reunido el lunes 20 de enero en la famosa fiesta de los nominados para celebrar sus candidaturas y para hacer la entrega del Goya de Honor. Esta es la gran cita antes de la famosa noche. Todos se ponen de punta en blanco para empezar a defender sus historias que optan a los Goya. Por su alfombra roja desfilaron los nominados a la Mejor Película y Mejor Dirección –David Trueba, Gracia Querejeta, Daniel Sánchez Arévalo y Manuel Martín Cuenca–; los directores noveles Fernando Franco, Rodrigo Sorogoyen y Neus Ballús; los intépretes Aura Garrido, Marian Álvarez, Nora Navas, Inma Cuesta, Terele Pávez, Maribel Verdú, Natalia de Molina, Nathalie Poza, Belén López, Javier Cámara, Eduard Fernández, Tito Valverde, Juan Diego Botto, Carlos Bardem, Roberto Alamo, Javier Pereira, Patrick Criado, Berto Romero, Marisa Paredes y Aron Piper; los cineastas Mariano Barroso, Santiago A. Zannou y Emilio Aragón; los productores Gerardo Herrero, José Antonio Félez y Koldo Zuazua; Susana de la Sierra, directora general del ICAA; y la vicepresidenta Judith Colell.
Este año hemos podido ver que nuestra pequeña industria se defiende como gato panza arriba contra las inclemencias económicas, y trata de dar lo mejor de sí misma. El director de la Academia Enrique González Macho comenzó con el discurso de bienvenida, donde reconoció que la cuota de pantalla en 2013 había sido “un poco peor” que la del anterior ejercicio. Pero también destacó las principales virtudes de las producciones nominadas: “Son maravillosas, pero también hay magníficos filmes españoles que no están entre los aspirantes. En cualquier caso, el proceso de elección es justo y democrático”. González Macho felicitó y brindó por el único representante español en los premios de la Academia de cine de Hollywood. Se trata de Esteban Crespo, director de Aquel no era yo, nominado al Oscar al mejor cortometraje de ficción.
En esa misma gala se hizo entrega del Goya de Honor al excelente realizador Jaime de Armiñan, autor de películas tan célebres como El nido (1980) o El amor del capitán Brando (1974), y de guiones tan contundentes y sólidos como Mi querida señorita (1972) o Mi general (1987). Todos en pie y con una gran ovación su eterna amiga, la actriz, Julia Gutiérrez Caba le hacía entrega de su codiciada estatuilla. Ya era hora de que el cine español saldara esta deuda que tenía con el famoso guionista y realizador. En su discurso contó lo mucho que había aprendido del circo, de la sesiones el Circo Price a las que iba con su padre. Tenía muchas historias y rememoró a una Aurora Bautista vestida de mallas, subida a un trapecio, recitando; a Carmen Sevilla «vestida de flamenca, que se metió en la jaula de los leones y bailó unas sevillanas»; y a Alfredo Marqueríe, “un critico terrible, que extendió los brazos, rezó, y eso que era ateo, mientras un hombre empezó a lanzarle cuchillos… Siendo crítico, hacer eso sí que era valor»
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Fotos: Nacho López