Como reza esa frase gancho de la portada del DVD de esta película, Never Been Thawed es el Napoleon Dynamite del año de su lanzamiento. Y sí, se asemejan en su tono raro, en el ínfimo presupuesto, en personajes trastornados. Aunque sería exagerado intentar equipararla con ese referente, sobre todo si nos fijamos en el resultado final, no por ello deja de ser una película que merece la pena.
Mockumentary viene de la unión de «documental» (documentary) y «burla» (mock). Burla, en el menos grato de los casos lo vemos desde la vertiente de su acepción de «falso», pero también puede referirse a «haciendo mofa de». Sin duda nos gustan mucho más los documentales que intentan usar el sarcasmo (pongamos como un ejemplo entre decenas a Exit through the gift shop) frente a los que sólo intentan sostener el marco de falsedad eliminando la potencial vertiente cómica del asunto a tratar (como le podría pasar a Confederate States of America). Este escenario de realidades bastardas ha generado un abanico de posibilidades en lo que a sostenimiento de lo verdadero se refiere.Por ejemplo, Borat no es puramente un falso documental, y Una verdad incómoda está más cerca de ser una serie de verdades (o de premisas que parten de lo verdadero) que a más de uno le gustaría que terminasen por ser falsas. En cualquiera de los casos, y debido al malestar contemporáneo de las ficciones cómicas las falsas realidades han relegado a un segundo plano a las tradicionales comedias (por eso es mejor Modern Family que Cómo conocí a vuestra madre, o The office supera con creces a Big Bang Theory). ¿Otra ventaja obvia? El documental es barato. Tan barato que hasta un grupo de amigos podrían asumir los costes casi nulos de este género y aprovecharlo para contar, desde esta fraudulenta veracidad, las ingeniosas ficciones que con otros géneros les resultaría imposible.
Never Been Thawed es un falso documental que arranca de la premisa de hablar del Club de entusiastas de los aperitivos congelados de mesa, pero irá degenerando en tristes baladas en torno a sus principales protagonistas, todos ellos completamente inadaptados, o mejor dicho, con amoldamientos a la realidad a cada cual más insular y disfuncional (como si nunca hubiesen sido desprecintados). La película tuvo una aprobación moderada en Arizona (lugar de origen de la cinta), aplaudiendo, dentro de las precarias condiciones de rodaje (amigos en lugar de actores, 25.000 dólares de presupuesto) lo sólido de las actuaciones y los hábiles giros cómicos. Sin embargo no todo el mundo quedó contento con sus perspectivas al acercarse a temas hasta cierto punto controvertidos de la tierra de las oportunidades como son el rock cristiano, la educación en la abstinencia sexual o las andanzas de los meapilas antiabortistas. Otras críticas fueron más hacia la calidad del producto, en lo formal como en lo narrativo, diciendo de esto último que de soez y repetitivo era chusco. En cualquiera de los casos este título de 2005 tuvo una exhibición y distribución más que marginal. Para ejemplo de esto, las opciones de compra que nos ofrece aquí Amazon.
Sean Anders, el director de la película, da la impresión de haberse pasado toda su infancia imitando a sus ídolos, aprendiendo y reproducioendo el ritmo natural de la comedia que podríamos encontrar en el mejor Christopher Chest o los mejores momentos de The State. El resultado va en la misma tradición que pudo iniciar Kevins Smith en Clerks, reuniendo las ideas y dialécticas más brillantes que han provocado unas cuantas tardes entre amigos junto con sutiles detalles en segundo plano (evitando a veces el aburrimiento por el que se ve obligado a pasar el primero) y sumado al sometimiento permanente del espectador a la vergüenza ajena de unos personajes mucho más estúpidos de lo que se creen (recordándonos también a lo que se habría también en la The Office de Ricky Gervais) todo envuelto en piel de mockumentary que no nos despista ni por un segundo, pero tampoco parece pretenderlo. Esencialmente un ejercicio de humor de la hipocresía y comedia de sketch sostenida con un trasfondo respetable.
A pesar de tener ocho años y estar grabada con lo que parecen minidvs la cinta merece la pena, sobre todo por sus hilarantes golpes de humor (¿Un falso Starbucks hecho para antiabortistas llamado No Choice Café? ¿Revistas como American Chastity o Trophy Wife?). Never Been Thawed posee en sus escenas rutilantes (por el imaginario propio en el que nos coloca) y un grado de frescura bastante alto. Como mínimo da menos pena que lo que ese falso documental que nos está ofreciendo Cuatro con los vergonzosos y nada risibles novios de Corina.