“Wasteland (The Rise)” es una de esas películas malditas que tras pasar por el Festival D’Autor de Barcelona hace un par de años, nunca jamás se supo de ella.
Un «Ocean’s Eleven» realista
Por ese motivo la destacamos, porque consideramos que todo buen cinéfilo merece tener en su acerbo audiovisual este thriller británico juvenil protagonizado por una pandilla que se nos presenta como la versión soft de Renton, Sick Boy y compañía..
Harvey (Luke Treadaway) es un chico de Leeds que sale de prisión después de un año de condena por un delito menor. Cuando se reencuentra con sus tres viejos amigos (Iwan Rheon, Matthew Lewis y Gerard Kearns), decide urdir un plan para vengarse del hombre que le ha metido en la cárcel y a su vez, hacerse rico y montar su negocio soñado: un coffee shop en Ámsterdam.
“Wasteland (The Rise)” es la opera prima de Rowan Athale, un joven director y guionista británico, que no ha dudado en poner toda la carne en el asador para realizar un producto final que podríamos etiquetar como un «heist filme» pasado por el filtro del «dirty realism» inglés. De hecho, ésta era una de las máximas aspiraciones de Athale cuando se planteó escribir su primer largometraje. Nacido en Barnsley, una pequeña ciudad situada al sur de Yorkshire, el director sentía gran admiración por el trabajo de Shane Meadows y Ken Loach, ya que retrataban de cierta forma, el ambiente depresivo que se respiraba en el centro de su país. Sintiéndose identificado con el movimiento del realismo social británico, pero a su vez siendo fanático del cine más narrativo, el director se planteó trasladar una historia de robos tipo “Ocean’s eleven” (Steven Soderbergh, 2001) a un terreno mucho más cercano y realista. La mezcla surgida de sus múltiples influencias resulta ser uno de los puntos fuertes del film y la razón por la cual, este se reivindica como un must-see para todo cinéfago enamorado del Reino Unido.
Las distintas perspectivas de un robo
Los protagonistas de “Wasteland (The Rise)” son un grupo de amigos veinteañeros que a primera vista, no parecen malos chicos. Si no fuera por las pocas pistas que Athale nos da sobre sus precarias vidas durante todo el metraje, casi podríamos decir que son los típicos niños bien del barrio. Frecuentan discotecas fashion, van vestidos como si protagonizaran una campaña publicitaria de moda y no tienen ningún problema con las drogas y el alcohol. Sin embargo, cuando Harvey (Luke Treadaway) les plantea el robo del local del malo de la función, Roper (Neil Maskell), parece que estos acepten el reto a las primeras de cambio. Tendrán sus dudas, pero estos chicos irán a por todas con el fin de hacerse ricos y largarse a Holanda y sobre todo, con el fin de seguir juntos, porque esta es, ante todo, la historia de una gran amistad, de la famosa camaradería masculina.
“Wasteland (The Rise)” empieza con un estupendo interrogatorio entre un demacrado a la par que sangriento Harvey y un inspector interpretado brillantemente por Timothy Spall, el actor más maduro del filme. Aquí nos demuestra su gallardía porque le da igual interpretar al pintor Turner para Mike Leigh como ponerse al servicio de un posible diamante en bruto, siempre dando lo mejor de él. Después de esta presentación con un diálogo conciso y extremadamente pensado por parte de Athale, consigue mantener un buen ritmo durante gran parte del metraje. La trama del robo (plantearlo, planificarlo, etc.) se entremezcla con escenas tan visual y sonoramente impresionantes como las que se suceden en la discoteca local con otras que profundizan en la relación de amistad entre los cuatro colegas. Es cierto que la cinta pierde fuelle en el tercer acto, debido a que el director decide ir a lo seguro, y realizar el, ya demasiado visto, truco de Liberty Valance “La verdad depende del punto de vista”, alargando en demasía un clímax que, sinceramente, tampoco da para tanto.
Una nueva generación de actores
Con solo un largometraje en su haber, Rowan Athale ya se configura como un esteta, un buscador insaciable de la imagen bella e intenta sacar partido de unos actores atractivos y de un paisaje muy característico que pocas veces ha sido retratado en películas de género. Sin embargo, esos barrios industriales, las casas amontonadas y la inmensa campiña verde difícilmente pueden escapar del imaginario que nos ha impuesto el realismo social británico durante años. Lo que hace “Wasteland (The Rise)”, es recordarnos que el centro de Inglaterra es un lugar vacio, baldío y sin futuro y por eso, los protagonistas quieren, desesperadamente, huir de ese agujero negro.
Seguramente, como película de robos, se queda corta, aunque cuente con algunas escenas para quitarse el sombrero como la de Charlie (Gerard Kearns) encerrado en el garaje en llamas. Sin embargo, su atmosfera de realismo social británico la convierte en un producto fresco, entretenido e ideal para enamorados de los jóvenes talentos británicos. Nos presenta a cuatro actores, que, con más o menos suerte, están siguiendo una carrera interpretativa en el suculento terreno de la televisión. Mientras que Luke Treadaway está actualmente en la inglesa Fortitude, Iwan Rheon y su maravilloso acento galés, han causado sensación en la series Misfits, Our Girl y Game of Thrones.
Para los enfermizamente obsesionados con el cine realizado en los Midlands, “Wasteland (The Rise)” es un regalo que nos permite rebajar el nivel de tristeza, desolación y patetismo que nos acostumbran a provocar los filmes facturados en esa zona. Me refiero a obras maestras como “Redención” (Paddy Considine, 2011) y “The Selfish Giant” (Clio Barnard, 2013), peliculones dónde los haya, que nos rompen el corazón sin previo aviso. Esta joyita nos hace ver que es posible hibridar el intocable género del realismo social inglés con otro más mainstream sin manchar tu honor como creador a la par que nos demuestra que el término heist film no es solo cosa de los americanos.
Frases destacadas de «Wasteland (The Rise)»
- Charlie: Look, Harvey. I know Roper fucked you right up the ass. But for Christ’s sake, drug money? Safe cracking? Fuck off.
- Dempsey: Why dismiss it straight off?
- Charlie: Because we’re not safe-crackers or cat burglars, are we? Or coffee shop owners, for that matter.
- Dempsey: Harvey’s not a smack dealer, but he did time for it. Somebody does this stuff, so it can be done. Why can’t we be the ones to do it?
- Charlie: Because we won’t know where to fucking start. It’s not the type of thing you want to fuck up, is it?
- Dodd: Come on, Charlie. We’re just talking here.
- Harvey: No, we’re not. We’re serious.
- Dodd: What? Just pack up and piss off abroad just like that?
- Harvey: Yeah.
- Dodd: And you’re not taking the piss?
- Dempsey: You can come back and visit.
- Dodd: Oh, come on. This is our home, mate.
- Harvey: I know. I’ll understand if you don’t want to do it. But if we do, we’ve got a share in a proper business. All in it together. It’ll mean a new start for everyone.
- Dempsey: But on the upside, it will mean a new start for everyone.
- Charlie: Fuckin’ hell, Dempsey. An hour ago, you were the sort of man who were content with life. Now you’re talking about pulling off some crackpot robbery and escaping around the world?
- Dempsey: But, what I’ve got here? Skint old birds knocking on the door at the crack of dawn looking for cheap fags… and a fortnightly trip down to the Joke Shop. Lovely. I’ll– I’ll take another 10 years, please. Bollocks!