Nacida en Nueva York, de madre con tendencias tan artísticas (cantante y escritora) como mundanas (fontanera), Rosario Dawson tiene ascendencias tan variadas que han convertido su rostro en un crisol de rasgos puertorriqueños, afroamericanos, cubanos e incluso irlandeses excelentes para la interpretación y, porque no decirlo, para engrosar la lista de las actrices más sexys de Hollywood.
Sin embargo, sus inicios no fueron sencillos y ella misma asegura que se ha encontrado con más racismo del que esperaba a la hora de lanzar su carrera. El primero que la tuvo en cuenta para la que sería su explosiva ópera prima fue el controvertido Larry Clark.
A pesar de que el director era inexperto y tuvo grandes problemas para la distribución de la película, titulada Kids, por sus diálogos explícitos y sus escenas subidas de tono, su proyecto se convirtió en el «evento cinematográfico del verano» de 1995, en palabras del reputado crítico Rogert Ebert.
Rosario Dawson, con solo 16 años, aparecía tras la cámara como una joven deslenguada que se jactaba de gozar de una vida sexual plena e imaginativa. No obstante, el fantasma del virus del SIDA se deslizaba sigiloso por el ambiente y su personaje se decidía por hacerse las pruebas junto a una Chloe Sevigny que era el único rostro conocido en una producción llena de púberes amateurs sin experiencia cinematográfica.
Tres años tardaría en obtener un papel junto a un cineasta de renombre. Sería en Una mala jugada, el acercamiento al difícil mundo de las estrellas universitarias de baloncesto, de la mano de Spike Lee. Aunque no se trata de una producción de gran calidad, el papel protagónico de Denzel Washington junto al debut como actor de Ray Allen, sirvieron para poner de nuevo en el panorama a Rosario Dawson, que en este caso ejercía como prostituta con aires redentores.
A partir de ahí, una carrera ciertamente irregular le ha llevado a trabajar con directores tan importantes como Kevin Smith (Clerks II), Oliver Stone (Alejandro Magno), Quentin Tarantino (Death Proof) o de nuevo el propio Spike Lee en la que probablemente sea su mejor película, la estremecedora La última noche. Entre sus próximos proyectos podemos destacar la segunda parte de Sin City o el nuevo proyecto de Danny Boyle titulado Trance.