Una nueva producción comercial patria de renombre, esta vez un thriller criminal en las calles de Marbella.
Poco a poco el cine español va sumando producciones de mayor nivel, capaces de tener una presencia publicitaria del nivel del estadounidense, algo bueno si sirve como indicación de que parte del público puede dejar atrás los prejuicios hacía nuestra cinematografía que todavía existen, la gran mayoría hace mucho tiempo sobrepasados. Eso sí, es difícil encontrar en este cine comercial apoyado en las cadenas de televisión productoras capaces de desarrollar un discurso personal. Justo esto era de lo que más adolecía la interesante propuesta de ciencia ficción “Eva” (Kike Maíllo, 2011), y ahora su mismo director da una obra decente que sin embargo adolece del mismo defecto.
Venganza “a la coreana”
“Toro” es un thriller criminal que sigue la línea del matón retirado que, en contra de su voluntad, debe volver al negocio. Lo hemos visto antes, aunque las variables pueden hacer que nos encontremos antes una historia estimulante. Y aunque realmente la película no resulta novedosa en ningún aspecto, se ve con cierto agrado pasando por alto alguna que otra resolución apresurada y agujero de guión. Tanto en su desarrollo como en su nacionalismo, la película podría ser comparable a cualquier thriller de calidad media salido de Corea del Sur. Esas mafias, esa venganza que a veces se torna excesiva… Un recorrido algo irregular pero disfrutable. Hay algún apunte social, como la presencia cada vez más masiva de industrias asiáticas en nuestro país, pero se queda en una mera curiosidad.
También se ha comparado “Toro” con el cine de Nicolas Winding Refn, pero la verdad es que salvo algún momento estético de neón aislado, poco tiene que ver el tratamiento con el de las películas del director danés. Aquí no se busca la austeridad y las explosiones violentas, si no la implicación con los protagonistas y la fluidez. Y mientras que el cine de Refn es puramente visual, ese es el terreno en el que la película de Maíllo se queda corta, pues a pesar de su corrección formal, resulta ser un producto sin personalidad, y con fallos garrafales de punto de vista en determinados momentos. La buena fotografía al menos disimula un poco este aspecto.
Grandes compañeros de reparto
Aunque hay que reconocer que algo ha mejorado, sigue siendo evidente que Mario Casas no es un actor muy dotado. Alex de la Iglesia ha sabido sacarle juego en sus comedias, pero a la hora de afrontar papeles serios se queda muy corto. Aquí al menos interpreta a un matón algo macarra, lo que hace que no resulte molesto en las escenas violentas, pero que en cuanto requiere de algo más de dramatismo no resulta en absoluto creíble. La voz y los problemas de modulación que tiene tampoco ayudan en absoluto. Menos mal que se encuentra arropado por dos gigantes como Luis Tosar y José Sacristán. Los del filme no son sus mejores papeles, pero cumplen de sobra.
“Toro” no es una gran película, pero resulta entretenida como oscuro relato de venganzas que sin embargo ya hemos visto otras veces de manera parecida. Tampoco destaca en lo referente a las escenas de acción, aunque las pocas que tiene no desentonan. La sensación final es positiva, a pesar de los errores.
Frases de la película
- «La mala memoria, otra cosa muy española.»
- «¿A quien has salido tú, con tantos cojones.»
- «España es así… un país de malos hermanos.»
Trailer de «Toro»