“La madre”, cine social que renuncia a permanecer en la superficie para mostrarnos directamente el fondo, el camino a la desesperanza de toda una generación.
La amistad entre Jojo y su grajo es un regalo que hay que agradecerselo a Boudewijn Koole, un tipo que para debutar usó niños y pájaros. La lagrimita está garantizada.